La Ruta que Cambio al Mundo
Las islas Molucas poseen casi en exclusiva la producción mundial del clavo y la nuez, que en el siglo XVI valían más que el oro. Los portugueses se hacen con su comercio y trazan la ruta por el cabo de Buena Esperanza. En este comercio los españoles están en desventaja al no tener punto alguno de apoyo, llegan allí después de accidentadas navegaciones, con buques casi deshechos, reducidos los marineros por el escorbuto y los ataques, y con la perspectiva de un regreso imposible.
La expedición de Elcano es caso único, un verdadero logro de pericia y voluntad. La primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano supuso una nueva concepción del mundo. Se podía regresar a Europa desde las Indias navegando siempre hacia poniente. Sin embargo, el objetivo de la expedición no era otro que encontrar una nueva ruta hacia las islas de las especias. Y antes que ellos fue Colón quien se marcó el objetivo interponiéndose en su camino todo un continente americano.
Elcano lo vuelve a intentar con la expedición “Loaisa”, en esta expedición embarca un joven de 17 años, Andrés de Urdaneta, sin embargo, sólo una de las naos consigue llegar a las Molucas, muriendo Elcano en el intento. El tornaviaje resulto imposible.
Los portugueses que mantienen su ruta en secreto repatriarán a los españoles, entre los que se encuentra Urdaneta, a quien arrebatan su diario y notas. Aunque su prodigiosa memoria le permitiría poner en conocimiento del Consejo de Indias toda su experiencia mediante informes muy interesantes y apreciados.
En 1553, Urdaneta decide ingresar en un monasterio agustino en Ciudad de México. Tiempo después, Felipe II se muestra interesado en establecerse en las Filipinas, donde los portugueses no se habían asentado, y resolver el tornaviaje, siendo Urdaneta el único que podía asegurar esa vuelta. Los preparativos de la expedición se prolongan cinco años, durante los cuales se genera correspondencia cruzada entre Urdaneta en América y Felipe II en España. Es en ese contexto en el que se sitúa nuestro documento, una memoria en la que Urdaneta informa al monarca de la conveniencia del traslado del astillero al puerto de Navidad por razones de salubridad, se queja de la falta de gente que entienda el oficio y pide que le mande de España mapas, armas y gente especializada, además de apuntar la fecha de salida de la expedición.
Esta parte desde el puerto de Navidad el 21 de noviembre de 1564, con Miguel López de Legazpi al mando de 2 naos gruesas, un galeote, un patache y una fragata para servir de enlace entre las naos.
Para cumplir la orden de regreso a Nueva España, el 1 de junio de 1565 Urdaneta sale de Filipinas con rumbo NE hasta alcanzar el paralelo 40 buscando vientos favorables que le lleven de Asia a América, cuyas costas alcanzaría (Acapulco) el 8 de octubre de ese año.
Resuelto el tornaviaje, quedaría así establecida la comunicación española permanente entre América y Asia sin necesidad de volver por el Océano Índico y la costa de África.
Durante los siguientes 250 años las naves españolas
emplearon esta ruta. En particular el galeón de Manila que recorría el trayecto
Acapulco-Manila-Acapulco. Se alimentó un circuito económico en el que la moneda
castellana, el real de a ocho de plata, adquirió el valor de divisa
internacional. Las demás potencias tardarían muchos años en adentrarse en el
Pacífico.
Signatura: Diversos-Colecciones 24, N 52 y Diversos Colecciones: 14, N1158
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