Relación de la visita que el Inquisidor D. Francisco Dávila
hizo en Guadalupe y su comarca, ante el secretario Pedro del Valle, desde el
día 3 de marzo hasta el 14 de mayo de 1581.
Fermín Mayorga
Testificaciones
Juan Sánchez
Mozo de mulas, vecino de Toledo, por haber dicho, que no es
pecado mortal tener cuenta carnal con las mujeres del partido. Se envió al
Tribunal, tiene tres testigos y su delación.
Juan González
Trabajador de campo, vecino de Guadalupe, fue testificado de
ser casado dos veces, tiene diez testigos y porque andaba fugitivo, fue preso y
remitido a Toledo al Tribunal.
Leonor Rodríguez
Viuda, vecina de Guadalupe, de haber dicho, que tener cuenta
carnal un hombre soltero con una mujer soltera no era pecado mortal, tiene dos
testigos y su confesión.
Fray Alonso de Buytrago
De la orden de San Francisco, fue acusado de haber dicho,
que en cualquier ley se puede salvar un hombre, tiene un testigo.
Álvaro Martín
Cardador, vecino de Guadalupe, de haber dicho que tenía por
mejor ser bien amancebado que mal casado, tiene tres testigos.
Lorenzo
Mulato, cocinero de los frailes de Guadalupe, de haber
dicho, que no es pecado tener ayuntamiento carnal con una mujer soltera, tiene
un testigo y los contestes que dio no pueden ser habido.
Pedro de Villalobos
Clérigo de Alía, se le acusa de haber solicitado en el acto
de la confesión, tiene un testigo y se remitió el caso al Tribunal.
Diego Gil de Mencía Gil
Vecino de Alía, de haber dicho que no era pecado tener
ayuntamiento carnal un hombre con mujeres mundanales, tiene un testigo y el
conteste que dio es difunto.
Alonso Rodríguez Olorosa
Alias Alfonso Damián, tiene un testigo que le acusa de
haberse casado dos veces, se examinaron los contestes.
El Licenciado Juan García
Teniente cura que fue de Avellaneda, le acusa un testigo de
haber dicho, que por las bulas no se sacaban las ánimas en pena del purgatorio
ni el papa tenía potestad para ello, se examinaron cuatro contestes.
Un mesonero de Cebolla
De haber dicho, que el estado del casado era más perfecto
que el de los religiosos, tiene un testigo y el conteste que dio no se halló.
Juan Jiménez
Sastre, fue acusado por un testigo de haber dicho, que no
hay infierno y que Nuestra Señora no había muerto, se examinaron cuatro
contestes.
Cristina de Orellana
Vecina de Castañar de Ibor, fue acusada de haber hecho
cercos e imbocado demonios para desligar a un hombre que estaba impedido de no
poder tener ayuntamiento carnal con su mujer, se examinaron seis contestes así
contra esta como contra otras mujeres de allí que están en opinión de brujas.
Diego García de Cadahalso
vecino de Alía, fue testificado de haber dicho, que no era
pecado tener acceso carnal madre con hijo ni hija con padre, ni hermano con
hermana, que Dios no había mandado que hubiese la castidad que había en el
mundo. Fue llamado y se causó con él su proceso, negó toda la acusación vertida
por los testigos e hizo defensas, conclusa la causa, se remitió al Tribunal
donde vista se mandó suspender este proceso.
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