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martes, 19 de febrero de 2019




Con Hábito y a lo Loco. Monjas Fugadas Por Amor




Hace unos cinco años leí en un diario, como en Alba de Tormes, el amor demostró ser más fuerte que los anchos e inquebrantables muros de los conventos y así lo demostró una religiosa carmelita que hace poco más de un año abandonó la vida contemplativa por amor. Un romance silencioso que se fue forjando en las tranquilas estancias de la clausura de las carmelitas de Alba de Tormes y en sus apacibles patios.

En este escenario la religiosa, que estaba integrada en la congregación de clausura del convento de la villa ducal, se enamoró poco a poco de un trabajador que realizaba obras en un edificio ubicado junto al recinto monacal.

La joven religiosa de origen argentino, había estado antes de llegar a la villa ducal conviviendo con las hermanas de su orden en el convento murciano de Cartagena.

La monja llegó al convento albense donde compartió con las religiosas de la villa su día a día, hasta que conoció al joven del que se enamoró y tomó la firme decisión de dejar su vocación centrada en el camino de la oración y colgar sus hábitos para incorporarse a la vida civil y poder así compartir su vida con el hombre del que se había enamorado.[1]

Noticias como estas tenemos varias vividas en siglos anteriores, donde el amor con su fuerza descomunal, es capaz de llevarse por delante la robusta y hercúlea arquitectura de Dios.

Viajamos en el tiempo y tomamos tierra en 1889 en la ciudad de Manresa (Barcelona), allí también hubo noticias documentas de sucesos como los que venimos describiendo y pormenorizando en este apartado. Los relatos de lo sucedido en dicha población nos cuentan la fuga de una monja que decidió escapar por amor a un joven obrero pero apuesto galán que se acercó a pedir trabajo. La crónica nos cuenta lo siguiente.



La monja fugada de Manresa

“Se ha comentado mucho en Manresa lo ocurrido hace pocos días en el convento de Reparadoras. Un joven se presentó al encargado de las obras que en él se ejecutan, pidiendo trabajo como peón, el cual le fue concedido en vista de lo necesitado que parecía. Por este motivo tuvo ocasión de avistarse con una linda reclusa con quién sostuvo sabrosas pláticas que terminaron en atracción sentimental. El joven cuya aparente pobreza no traslucía su distinguido porte, desapareció sin cobrar siquiera el jornal devengado. La bella reclusa desapareció también del convento, ignorándose el paradero de uno y de otro”.[2]

Curioso es el caso de una monja de Talavera de la Reina (Toledo), que decide fugarse por los mismos motivos que la religiosa de Manresa en 1905, un albañil que se va a trabajar al convento de San Idelfonso y termina germinando en el cenobio una sabrosa y apetecible relación. Adiós al habito de Dios y bienvenido Cupido con sus particulares flechas del amor.

Monja fugada de Talavera de la Reina


“Telegrafían desde Talavera, que se ha fugado una monja del convento de San Idelfonso. La fugada se ha refugiado en casa de un albañil que estuvo trabajando bastante tiempo en el convento.

El domingo últimamente pasado, salió del convento de religiosas de San Idelfonso de esta ciudad la monja Sor Agustina, organista del mismo, atravesando la plaza de la Constitución y principales calles, causando su presencia gran curiosidad entre el numeroso público que lo presenció. El suceso ocurrió en las primeras horas de la mañana.

Al principio se creyó que sor Agustina salía fugada a causa de malos tratos y frecuentes disgustos que recibiera, viniéndose después en conocimiento, de que tal resolución la tenía tomada desde hacía tiempo y en connivencia con un joven albañil llamado Pepe el portugués, con quién tenía propósito de contraer matrimonio. Para que semejante salida no pudiera decirse fuera una verdadera fugada, la religiosa en cuestión expuso sus pensamientos a algunos sacerdotes y al director de los Agustinos de esta ciudad P. José R. Cabeza, quienes le aconsejaron, qué de estar decidida a realizar este acto, procurase hacerlo en la forma debida y procurando no mover el menor escándalo, siempre que fuera como ella decía, para contraer matrimonio, según tiene derecho a ello.

Esta ha sido toda la cuestión de este asunto, procurando nosotros manifestar a los lectores la verdad de lo ocurrido para satisfacer tan natural curiosidad.

La fuga es objeto de comentarios. Hay incluso quién se atrevió hacer una poesía a tan “insólito” hecho.

Leo que allá en Talavera

y cual lo cuentan lo cuento

una monja el otro día

se ha fugado de un convento

y se refugió en la casa

de un artista en cal y canto

que trabajó mucho tiempo

En aquel asilo santo.

lo menos que decir cabe,

sin duda, es que la fugada

monjita de Talavera

ha hecho una talaverada.[3]

En el convento de Jesús y María de Alcaudete (Jaén), corría el año 1911 cuando saltaba en el periódico “El Progreso” en su número 1654, una noticia que trataba de los amoríos mantenidos entre un director espiritual y una monja. Esta realidad llevó a nuestra protagonista a buscar la salida del cenobio porque su cuerpo le pedía otra clase de espiritualidad mucho más natural y evidente. La crónica contaba lo siguiente:

Monja enamorada en un convento de Alcaudete


“Del convento de Jesús y María de Alcaudete, se ha fugado una monja profesa, conocida en la vida del claustro por la madre San Rafael y de la que se hacen ausencias de maravillosa hermosura. La monja, natural del mismo Alcaudete, salió del convento en las primeras horas de la noche, causando la expectación consiguiente a las personas que hubo de encontrarse a su paso por las calles. Se explica el origen de la huida por medio de una carta interceptada por la madre abadesa, que a la monja fugada dirigía el director espiritual del convento, D. Arturo Romero Montilla, con quién mantenía relaciones amorosas.

De este P. Romero se cuentan aventuras muy peregrinas, todas de amor y todas con consecuencias a plato fijo. Es entusiasta por las mujeres y como goza de gran influencia, consigue siempre puestos análogos al que desempeña, para gozar de sus aficiones sin testigos enojosos ni censores que le denuncien.

El padre Romero, según se ha comprobado, ha sostenido en el convento amores con otras madres, y parece ser que algunas de estas despachadas, ha servido de confidente en esta nueva aventura. La fugada se halla refugiada en un cortijo situado en las inmediaciones de este pueblo. Lo admirable del caso es, que el actual capellán reemplazó al anterior por escándalos muy semejantes al presente.

El pueblo se muestra indignado por los constantes ultrajes a la moral que en el convento se realiza, por los que están más obligados a respetarla y defenderla. Se censura mucho la debilidad del obispo, qué enterado en su reciente visita de la conducta escandalosa de sus subordinados, no ha puesto correctivo a su proceder.

Se aguarda la llegada del fiscal eclesiástico, que procederá a la elaboración del necesario expediente.”[4]

En los periódicos de Madrid leemos esta noticia:

“Ayer tarde a las seis, se tuvo conocimiento en el gobierno civil, de haberse fugado una monja del convento de Nuestra Señora de Gracia situado en la calle Hortaleza. La monja se llama R.S., y el raptor, según manifestación de la superiora, es abogado y se llama Sr. O.

Buena flor mística para que El Motín la coleccione en su manojo. Y después de todo, la monjilla fugada, no ha hecho más que ser muy religiosa. Porque se ha entregado en cuerpo y alma a su abogado”.[5]

Otra monja fugada y enamorada la encontramos en Badajoz. La prensa decía lo siguiente sobre esta guapa señorita




“En un convento de hermanas de Badajoz, había una joven muy guapa, que mal avenida con los malos tratos que le daban las monjas y enamorada de un joven, se fugó con él bonitamente, el día dieciséis de febrero. Conocido el hecho, las monjas hicieron decir al Noticiero Extremeño, que la monja no se había fugado, que había ido a otra población a cumplir un encargo de la superiora, y así en efecto, lo dijo el periódico clerical, pero no le ha creído nadie. Se sabe que la joven es de familia distinguida, y que el amor se la llevó del convento.

En Badajoz hay quién tiene una carta del joven, dirigida a la entonces monja. Esta carta debió entregársela su actual poseedor, pero no pudo, y en ella constan los móviles de la fuga, felizmente realizada para la monja”.[6]

Saquen sus propias conclusiones. Con hábito y a lo loco

[1] La Gaceta de Salamanca. 6 de junio de 2014

[2] Crónica Meridional: diario liberal independiente y de intereses generales: Año XXX Número 8642 - 1889 marzo 10

[3] El criterio: semanario local, independiente y de información: año II número 41-1905-agosto-19

[4] El Progreso: diario republicano: Año VI Número 1654 - 1911 marzo.

[5] El Graduador: periódico político y de intereses materiales: Año X Número 4284 - 1884 noviembre 19

[6] El ideal: periódico republicano de Gerona: Año III Número 95 - 1905 marzo 19

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