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sábado, 1 de abril de 2017


JUDAIZANTES DE ZAMORA CONDENADOS POR LA INQUISICIÓN PORTUGUESA

 

El presente trabajo nace de la necesidad de compartir con los vecinos de Zamora, una parte de su historia que está sin escribir. El objetivo de esta investigación es dar a conocer una realidad social, donde lo cruento y encarnizado marcó durante mucho tiempo el paso de muchas generaciones que se vieron obligadas a sucumbir  ante los poderes fácticos del momento.

Crónicas reales documentas, donde se aprecia, que el paso de la silueta de Caín por esta provincia, dejó su negativa impronta, impregnando con su sombra los cuatro costados de estas tierras rayanas. Memoria que lleva insertado en su núcleo, los valores del enfrentamiento, la hostilidad y el combate entre ciudadanos de una misma población, auspiciado por uno de los mayores enemigos de la humanidad, el mundo de los ideales.

Conoceremos episodios cargados de tensiones víricas propias de la sin razón y la irreflexión del hombre hacia su prójimo, siempre dominados por el criterio funesto y luctuoso de lo irreal e imaginario.

En este estudio apasionante y conmovedor, nos encontraremos con documentos que llevan en sus  hojas la marca y el sonido del dolor, la humillación y la muerte, como queriendo denunciar en pleno siglo XXI, los temidos y feroces movimientos de la Iglesia Católica a través de lo que fue uno de sus brazos armados, la Santa Inquisición. Todo ello hará presagiar, vaticinar y predecir en la mente del lector, que las alargadas y fúnebres sombras de Caín cubrieron durante muchísimo tiempo los cuatro puntos cardinales de estas vetustas y pardas tierras. Penumbras que han dejado enarboladas durante infaustos y dramáticos momentos, las fúnebres y lúgubres banderolas del espíritu cainita de los hombres, que en nombre del Crucificado, llegaban a vulnerar, atropellar y transgredir, los mandamientos de la ley de Dios.

Espero que esta veraz y fidedigna realidad histórica, nos ayude a desenmascarar al bíblico Caín, para que cuando sintamos cerca de nosotros la fétida y negativa presencia de su trazo, sepamos alejarnos de su camino antes de que el tósigo ponzoñoso de su masa, nos marque y nos signe con su particular quijada.

Hombres, mujeres y niños sufrirán en sus vidas, un amargo y atormentado calvario que marcará en adelante el verdadero sentir religioso de un pueblo. Había que extender el catolicismo por todo el país y, la formula encontrada por la realeza y la Iglesia para destruir y arrancar la cizaña que envenenaba las espigas cristianas de la población, sería el siniestro castigo inquisitorial. Una misión contundente con un objetivo muy claro, enarbolar y blandir la bandera del Crucificado por toda la piel de toro.

La Inquisición pondrá en marcha un despliegue exterior auténticamente colosal, mostrando cuales son los reos condenados por ella y lo más importante, el cumplimiento de las sentencias impuestas. Proceder que en última instancia viene determinado por la naturaleza de los delitos, en los que entiende y determina que algunos de ellos son de tremenda gravedad. Pecados que lesionan la imagen del Nazareno y que deben de ser depurados según las instrucciones del Santo Oficio del momento.

La dimensión de las penas será algo público y notorio; hay que reparar la dignidad herida del cristianismo, y para ello los autos de fe serán el momento crucial de restauración de la misma. La labor a desarrollar en dichos actos será, entre otras cosas,  la de recordar al pueblo asistente, que está prohibido y sobre todo penado, caer en los mismos errores que en ese momento se están reprimiendo.

En Coimbra y más concretamente en la plaza central de dicha ciudad, se desarrollarán los autos de fe de los herejes zamoranos huidos de la Inquisición de Valladolid. En ese espacio público, el espectáculo, la violencia, el perdón, el poder, la religión, el arte y la diversión, se convertirán en algo único e inolvidable en los cerebros de los ciudadanos asistentes. Los vecinos presentes, conocedores de estos acontecimientos, darán su testimonio de militancia católica en los templos y en la misma plaza donde el auto de fe se va a desarrollar, sumándose con su presencia a los actos que rodean el espectáculo religioso.

Pero si el auto de fe pone de manifiesto los errores de los condenados, no lo van a ser menos las cárceles de la Inquisición, donde las torturas, los suicidios, la locura, y un permanente terror manifiesto, serán en dichos habitáculos los siniestros acompañantes de los hombres y mujeres detenidos por el Santo Oficio. Torturas como los garrotes en las espinillas, las vueltas de cordel en los brazos y muslos estando los reos echados sobre el potro, la famosa tortura de la toca o de los jarrillos de agua y otras por el estilo, harán que los cuerpos y mentes de muchos vecinos zamoranos, queden traumatizados y estigmatizados para siempre. Toda una trágica epopeya en nombre del Dios de los cristianos, que pone de manifiesto, la sin razón y la falta de fe de unos hombres de Iglesia en busca de un solo Dios, una deidad llamada poder en la que existe una simbiosis muy particular de la política eclesiástica y secular por un interés común: la unidad de la fe.

 

Judaizantes Zamoranos Condenados por la Inquisición de Portugal

 

Cuando se produjo la expulsión de los judíos en 1492, algunos de ellos se fueron para el vecino país lusitano buscando la tranquilidad de sus almas. Portugal en esos momentos no tenía Inquisición, razón más que suficiente para que los seguidores del Talmud llegasen con un espíritu sosegado y de convivencia. Cuatro años más tarde, los aproximadamente 100.000 judíos españoles llegados a Portugal, según algunas crónicas, se van a meter de nuevo en una insólita deportación propiciada por la ingerencia de los reyes católico en dicho país.

Tras la muerte del rey Juan II de Portugal en 1495, su sucesor, Manuel I, trató de casarse con la hija de Fernando e Isabel. Como condición de su consentimiento a la boda, los Reyes Católicos exigieron y exhortaron al monarca Portugués, la expulsión de los Judíos de su reino como lo habían hecho ellos mismos en 1492.

El 5 de diciembre del año 1496, éste monarca lusitano promulgó el edicto de expulsión de las minorías judaicas y musulmanas del reino. La mayoría de los judíos portugueses, como ocurrió en España, decidieron quedarse bajo las leyes establecidas, donde se exigía la conversión al catolicismo para poder residir o establecerse en el lugar donde habitase. Después de recibir el bautismo en los distintos lugares erigidos para dicho sacramento, el monarca portugués, decidió que se le quitaran los niños de dos años hasta diez y se llevasen a repoblar las islas de Santo Tomé y Príncipe como esclavos. Un año después de la deportación, de los 2000 niños secuestrados solo quedaban 600. Samuel Usque, un autor marrano que vivió esa época, describe lo que aconteció.

 

“Quando essas crianças inocentes chegaram à selva de São Tomé, o que seria seus túmulos, elas foram levados à costa e deixados ali sem compaixão. Quase todos foram engolidos pelos grandes lagartos da ilha e os que ficaram, pois escaparam aos répteis, morreram de fome e abandono.”[1]

 

Para cumplir su compromiso de boda con María de Aragón y Castilla, Manuel I había solicitado además a Roma la instalación de una Inquisición Portuguesa. Pero fue solamente tras su muerte que el papa Paulo III aprobó la idea, por lo que fue la Inquisición establecida formalmente en 1536 durante el reinado de Juan III de Portugal, quien -además de la labor central de persecución de "herejes" y, sobre todo, "judaizantes"- le asignó atribuciones para la censura de libros y publicaciones, junto con jurisdicción en asuntos como adivinación, brujería y bigamia. El primer inquisidor general fue Fr. Diogo da Silva (1536-1539).

En sus primeros tres años la Inquisición Portuguesa estuvo bajo la autoridad del papa, pero en 1539 Juan III nombró Gran Inquisidor a su propio hermano, el futuro Enrique I de Portugal, con lo que la institución solo respondía al rey. El primer auto de fe tuvo lugar en Lisboa el 20 de septiembre de 1540. Finalmente, en 1547, el papado terminó aceptando que la Inquisición dependiese de la corona portuguesa.

En Portugal hubo tribunales en Lisboa, Coimbra y Évora, y por un corto período (1541 - c. 1547) también en Porto, Tomar y Lamego. En el ámbito de las colonias, en 1560 se estableció uno de los tribunales del organismo en la colonia de Goa, en la India portuguesa, mientras que los establecimientos portugueses en América y África occidental dependieron del tribunal de Lisboa.

Además, los tribunales organizaban en sus jurisdicciones "visitas inquisitoriales", o giras en las que representantes de la institución recorrían el territorio, en una especie de procesión celebrada con toda pompa y boato, con el objetivo de alentar las delaciones que permitían levantar procesos y confiscaciones en lugares apartados. Estas visitas eran realizadas regularmente en las áreas rurales de Portugal y esporádicamente en las islas portuguesas del Atlántico y las colonias de Brasil y África occidental, dependientes del tribunal de Lisboa.

La Inquisición Portuguesa, al igual que la española, fue primero clausurada por un decreto de Napoleón en 1808. Pero solo fue abolida definitivamente por las Cortes Generales de Portugal, en 1821.

Nuestros primeros condenados a dar a conocer son naturale de Alcañices. Esta villa se encuentra ubicada en la comarca de Aliste, de la que es considerada su capital comarcal. Su término municipal se encuentra situado al oeste de la provincia de Zamora, junto a la frontera con Portugal, y está formado por los términos de Alcañices, Alcorcillo, Santa Ana y Vivinera.

El evento histórico más importante por el que se conoce a esta población, es por la firma del Tratado de Alcañices el 12 de septiembre de 1297 entre las coronas de Portugal y Castilla. Durante la Edad Media fue una villa fortificada que perteneció a los templarios.

Estos fueron los condenados judaizantes de Alcañices por la Inquisición de Coimbra.

 

María de Miranda

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Alcañices y tiene su morada en Chaves, obispado de Braga, hija de Francisco Fernández de Miranda y Ana de Paz, casada con Antonio de Acosta, creador del asiento. Entró en Prisión el 3 de junio del año 1662, siendo sentenciada el 26 de octubre del año 1664, fue liberada de la prisión de la inquisición bajo secreto.

 

El secreto Inquisitorial era la piedra angular que hacía y conservaba en la mente del ciudadano el desconocimiento de cuanto sucedía dentro del recinto inquisitorial, ya que los reos condenados nunca podrían contar lo ocurrido con ellos en las cárceles de la Inquisición, no podrían hacer saber a nadie las torturas infringidas en sus cuerpos ni nada que se le pareciese. El aviso de secreto se le decía al reo dentro del palacio inquisitorial, y se le prevenía que si alguien cuenta que dicho detenido ha trasmitido lo vivido en el recinto del Santo Oficio, éste sería detenido, excomulgado y condenado a ser quemado vivo. De hay el famoso refrán de “Con el rey y la Inquisición chitón”.

Nuestro siguiente condenado natural de Alcañices, va a ser penado por la Inquisición de Lisboa, la cabecera principal de su proceso dice lo siguiente de éste judaizante zamorano.

 

Antonio Ribero

 

Medio cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio arrendador de tabaco en la provincia de Santarém, natural de Alcañices, Zamora, tiene su morada en Santarén, hijo de Domingo Ballestero, de oficio tratante y de María Antonia, casado con Britis Leonel. Entró en prisión el día 7 de abril del año 1703, salió en el auto de fe que se celebró el 9 de septiembre del año 1703 en Lisboa, se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito perpetuo, penitencias espirituales.

 

Antonio Ribero ante la condena de hábito perpetuo y penitencias espirituales, tenía que salir en días de fiesta mayor de la cárcel para escuchar misas fuera del recinto inquisitorial. El habito o sambenito de Antonio Ribero, al ser prolongado y perpetuo, cuando saliese de las cárceles definitivamente, tendría que ponérselo cada vez que anduviese por la calle. Tenía la opción de pagar una determinada cantidad de dinero a cambio de la conmutación del mismo, reales o maravedíes que conseguían, en algunos casos, con la ayuda de otras personas que le facilitaba tal menester y, con la obligación de devolverlo al fiador. Por regla general, los garantes o prestamistas, solía ser otros conversos de judíos que no habían sido denunciados al no haberse probado contra ellos delito alguno.

Los sambenito de los reos se colgaban en la iglesia del pueblo deéste, con la misión de perpetuar la infamia del convicto y la de todas sus generaciones. La prenda difamatoria enganchada en las paredes del templo, le prohibía al condenado el no poder viajar a Indias, usar el color carmesí tono de la hidalguía y de los días de fiesta, viajar a Indias, no podría usar oro ni plata, ni trabajar en trabajos públicos. El humillado se convertía en ciudadano de segunda o tercera categoría tras la permanente acusación del maldito y odiado sambenito. Aun hoy decimos en tono coloquial la famosa frase de: “Te colgaron el sambenito”, locución y expresión que nace de esa realidad estigmatizadora que se perpetraba en todos los pueblos donde hubiese herejes. La casa de Dios era en esos momentos, más que un templo de oración y veneración, un empírico y verídico humilladero público destinado a denostar a los reos condenados por el Santo Oficio.

Dejamos a nuestros dos condenado de Alcañices, y nos vamos a la búsqueda de las personas detenidas por judaísmo en el pueblo de Trabazos. Este municipio zamorano se encuentra ubicado en la comarca de Aliste, al oeste de la provincia de Zamora y junto a la frontera con Portugal. El pueblo está formado por el territorio correspondiente a los términos de Latedo, Nuez, San Martín del Pedroso, Trabazos y Villarino Tras la Sierra.

Los judaizantes de esta población son interesantes por que fueron castigados con crueles torturas y con la pena mayor, el ser quemados vivos en las calcinantes y devastadoras piras de la Inquisición portuguesa.

Nuestro primer condenado es Juan Goncalvez (González) en español,  de quién su cabeza de proceso dice lo siguiente de  su particular tragedia.

 

Juan Goncalvez

 

Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo, zapatero de profesión y natural de Trabazos, tiene su morada en Terroso, obispado de Miranda, hijo de Francisca Goncalvez y se desconoce el nombre del padre, viudo de Felipa Drago. Entró en prisión el 6 de enero del año 1593, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 19 de diciembre del año 1599. El reo falleció en las cárceles de la Inquisición antes de la conclusión de su proceso: el día de su muerte fue el 4 de julio del año 1593.

 

Los condenados que morían en las prisiones de la Inquisición, el cadáver no se lo entregaban a su familia, para estos casos el Santo Oficio solía tener un cementerio particular en su feudo donde enterraban a estos muertos condenados. El fin de su enterramiento era el de esperar a que se hiciese el siguiente auto de fe, día en que se desenterraría el cuerpo del hereje y, estuviese como estuviese, se montaría sobre un asno que iría en la misma procesión de los reos vivos. A este finado se le haría un muñeco de cartón al que se le pondría, el sambenito correspondiente, con un letrero en el pecho del pelele que indicaría el nombre del reo, población, herejía cometida y año de su condena. Durante el auto de fe que se celebraba en la plaza mayor o central donde estuviese el tribunal situado, subiría el pelele al cadahalso y allí se le leería su sentencia, condena que siempre sería la de relajación, (condenado a ser quemado en la hoguera). Al terminar el auto, los reos vivos que fuesen a ser quemados, tomarían junto al pelele y el asno con los huesos del judaizante el camino hacia el quemadero, espacio que siempre estaba extramuros de la ciudad. Allí se quemarían los hombres vivos condenados y los huesos del hereje fallecido se tirarían a la hoguera junto al muñeco que lo representaba. Al pelele se le quitaría el sambenito y el mismo se colgaría, como ya hemos indicado, en la iglesia del pueblo del reo, en este caso en Trabazos.

Otro condenado muerto en las cárceles de la Inquisición de Coimbra, fue una mujer llamada Esperanza Fernández, muerte que venia provocada por una intensa y fuerte tortura o, por una determinada enfermedad ocasionada por la situación del preso en las cárceles. Esto es lo que cuenta su cabecera de proceso.

 

Esperanza Fernández.

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Trabazos y que tiene su morada en Quintela de Lampacas, distrito de Braganza, de 75 años de edad, hija de Juan Goncalves y Urraca de León, es mujer viuda de Luís Fernández, zapatero. Entró en prisión el 7 de noviembre del año 1584, fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 9 de noviembre del año 1586. La reo falleció en las cárceles de la Inquisición antes de la conclusión de su proceso.

 

Esperanza Fernández, una anciana de 74 años que se quebró como un jarrón roto ante las terribles torturas de la Inquisición. Una institución, la Inquisición, que en nombre del Crucificado, violaba sistemáticamente los Mandamientos de la Ley de Dios, desde el no matarás, al no tomarás el nombre de Dios en vano o el no codiciarás los bienes ajenos, ellos le confiscaban los bienes al reos. Creo desde mi particular pensamiento, que si Jesús de Nazaret hubiese bajado en esos momentos en su segunda venida, a toda esa iglesia inquisitorial la hubiese echado a latigazos como echó a los mercaderes del templo, ya que para nada se estaban acercando a su caridad, misericordia y a su lapidaria frase: “Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.

Otros condenados de Travazos fueron los siguientes condenados.

 

 

 

Juan Goncalvez

 

Cristiano nuevo,  acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Travazos y que tiene su morada en Braganza, obispado de Miranda, de 42 años de edad, es hijo de Mencia Fernández, y Diego Goncalves, zapatero. Entró en prisión el 7 de diciembre del año 1593, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 8 de octubre del año 1595. Fue suelto de las cárceles con secreto inquisitorial y se le impusieron penitencias espirituales.

 

Francisco Goncalves

 

Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo, zapatero de profesión, natural de Trabazo y tiene su morada en Braganza, de 31 años de edad, es hijo de Diego Goncalvez, zapatero y Mencia Fernández, soltero. Entró en prisiones inquisitoriales el día 29 de mayo del año 1600, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 6 de mayo del año 1601. Fue suelto de las cárceles con secreto.

 

El siguiente condenado es natural de Rabanales y será condenado por la Inquisición de Lisboa.

 

Pedro Dalmance

 

Cristiano nuevo, fue acusado de Judaismo, de 30 años de edad, sastre, tiene su morada en Miranda, casado con Esperanza de León, cristiana nueva. Entró en prisión el día 3 de agosto del año 1564, fue sentenciado el día 19 de marzo del año 1565 en la misma mesa de la Inquisición de Lisboa, siendo condenado a que abjurase de levi, y fuese puesto en libertad con la condición de confesar y sea instruido en nuestra santa fe católica.

 

La siguiente presa es natural de Bercianos, a ocho leguas de Zamora según los documentos inquisitoriales, un ejemplo de proceso donde se pone de manifiesto, como un solo detenido de una familia puede implicar, bajo tortura, al resto de la familia. Las maquinas de hacer y procurar el dolor en el cuerpo del reo, estaban perfectamente engrasadas para que el reo soltase su lengua y acusase a otros miembros de su clan, que junto a al convicto, guardaban la ley de Moisés. De esta forma la Inquisición se apoderaba de todas sus haciendas, y todos los caídos en la potente y fuerte telaraña confeccionada por la araña negra se encontrarían sin nada. Ana Luís García fue la principal condenada que desencadenó la tragedia de toda su familia.

 

Ana Luís García

 

Cristiana Nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Bercianos, a ocho leguas de  Zamora, morada en Franca (Braganza), casada con Manuel Rodríguez, zapatero, entró en prisión el día 14 de julio del año 1745. Esta mujer fue condenada por la Inquisición de Logroño y Navarra, junto a su marido, hijos, yernos,  nueras, sobrinos y más personas. Se desconoce su sentencia.

 

La protagonista del siguiente proceso inquisitorial es Ana Martín, mujer natural de Pereruela, cuya cabeza de sumario dice lo siguiente.

 

Ana Martín

 

Cristiana nueva, de 44 años de edad, fue acusada de judaísmo, natural de Pereruela, Zamora, morada en Sevilla y asistente en Alhandra, Lisboa, hija de Gabriel Martín, cirujano, es su madre Josefa María, cristiana vieja, casada con Antonio García Rodríguez, tratante, entró en prisión el 12 de noviembre del año 1721, siendo sentenciada en el auto de fe que se celebró el 6 de mayo del año 1725, Abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, sea instruida en la fe católica, penitencias espirituales.

 

Los convictos a conocer a continuación son naturales de Zamora ciudad, hombres y mujeres de quienes la Inquisición cuenta lo siguiente en sus cabeceras inquisitoriales.

 

Manuel Goncalvez, (González)

 

Cristiano nuevo, de 50 años de edad, fue acusado de judaísmo, de oficio tratante, natural de Zamora y que tiene su morada en Vila Nova de Foz Coa, obispado de Lamego, es hijo de Alfonso Goncalvez, cristiano nuevo y de Isabel, cristiana nueva, en la actualidad está casado con Branca Nunes. Entró en prisión el día 26 de mayo de 1725, siendo sentenciado a salir en auto público de fe, que se celebró en Coimbra el 30 de junio de 1726, se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, sea instruido en la fe católica y se le impongan penitencias espirituales.

Por despacho de 12 de julio de 1726, le fue dada al reo licencia para ir para su tierra o para donde él aprobase, le fuero impuestas penitencias espirituales.

 

Las penitencias espirituales consistían en ir en días de fiesta mayor, Jueves Santo y Viernes Santo, delante de las imágenes con sus sambenitos y corozas, demostrando a la ciudadanía su conversión ante los ojos de los presentes. Algunos se picaban las espaldas con látigos creados para tal suplicio, otros se empalaban a un madero los brazos con sogas de espartos y vestidos con su indumentaria correspondiente.  Otros  arrastraban cadenas, demostrando con su conversión a la fe cristiana el respeto a la Santa Inquisición. No podían caer de nuevo en el error de abrazar el judaísmo, la vida le iba en ello. De momento sus cuerpos presentes en días tan señalados, demostraban su fiel decisión de pertenecer enteramente al cuerpo laico de la Iglesia Católica.

Estos fueron los condenados de Zamora.

 

Antonio Ortuño de Castro

 

Cristiano nuevo, de 43 años de edad, acusado de judaísmo, tendero de oficio, natural de Zamora y que tiene su morada en Braganza, obispado de Miranda, hijo de José Castro, zapatero de oficio, es su madre Catalina Díaz, casado con Beatriz Fidalgo, cristiana nueva. Entró en prisión el día 17 de abril del año 1692, fue sentenciado a salir en auto público de fe el día 17 de octubre de 1694, se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, sea instruido en la fe católica y se le impongan penitencias espirituales. Por despacho del 12 de noviembre de 1694, se le dio al reo licencia para ir a su tierra o para donde él quisiese, siempre que no se ausentase del reino sin licencia de la Mesa, se le impusieron penitencias espirituales.

 

Leonor Méndez

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Miranda de Douro, es hija de Manuel Méndez, mercader y de Micaela Correia, es mujer casada con Melchor de Medina, mercader de oficio. Entró en prisión el día 10 de febrero de 1683, fue sentenciada a salir en auto público de fe el 21 de febrero del año 1683, fue suelta bajo secreto inquisitorial el 22 de febrero del año 1683.

 

María Fernández

 

Cristiana nueva, de 42 años de edad, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada Vinhais, obispado de Miranda, hija de Diego Fernández, zapatero, es su madre Feliciana Fernández, casada con José Rodríguez Lobo, zapatero. Entró en prisión el día 5 de octubre  de 1711, fue sentenciada el día 6 de agosto del año 1713. La reo cuando se presentó tenía 40 años de edad, fue escuchada y se le dio licencia para ir para el lugar de su morada, Vinhais, fue reconciliada.

 

Gonzalo Fernández

 

Cristiano nuevo, de 26 años de edad,  acusado de judaísmo, natural de Zamora y que tiene su morada en Braganza, tratante de profesión, hijo de Pedro Fernández, zapatero y de Mencía Fernández, soltero. Entró en prisión el 8 de noviembre de 1589, siendo sentenciado en auto público de fe que se celebró el día 19 de mayo de 1591. Éste reo antes de entrar en prisión se presentó ante el vicario general de Braganza, siendo enviado después a las prisiones de la Inquisición de Coimbra, fue suelto de las cárceles con secreto el día 20 de mayo de 1591, se le pusieron penitencias espirituales.

 

Cristóbal de Castro

 

Cristiano Nuevo, vendedor de aceite, fue acusado de Judaísmo, natural de Zamora,  tiene su morada en Agenhosa, casado con María Fernández, entró en prisión el día 9 de marzo del año 1547. El reo no quiso decir los nombres de los padres. Se desconoce su sentencia.

 

Susana de Valladolid

 

Tendera de mercería, fue acusada de judaismo, natural de Zamora, tiene su morada en Braganza, hija de Francisco de Valladolid y Leonor de Mendeira, casada con Diego de Ledesma, entró en prisión el día 25 de junio del año 1545, abjuró el día 27 de octubre del año 1548, la reo se benefició de un perdón general que concedió el Papa Paulo III a todos los reos de la Inquisición.

 

Luís Antonio Gutiérrez

 

Cristiano nuevo, de 46 años de edad, fue acusado de judaísmo, de oficio capataz del contrato del tabaco, natural de Zamora, morada en Trancoso, obispado de Viseu, hijo de Antonio López Gutiérrez, cristiano nuevo, contratador de tabaco en Zamora, es su madre María Rodríguez, cristiana nueva, casado con María Hurtado, cristiana nueva, entró en prisión el 2 de enero de 1696, siendo sentenciado en auto de fe privado que se celebró el 4 de noviembre de 1698, inicialmente se le confiscaron sus bienes, y se determinó que fuese absuelto ya que las acusaciones no fueron lo suficientes para su condenación, los bienes secuestrados le fueron restituidos y de ellos se pagaron las costas. Éste reo fue condenado inicialmente por la Inquisición de Granada, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en la iglesia del convento de Santa Cruz de dicha ciudad, el día 23 de febrero del año 1673. Tuvo cárcel y hábito penitencial perpetuo y abjuró en forma.

 

Isabel de Losada

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Vimioso, hija de Pedro Cardoso y Catalina Losada, casada con Alfonso Goncalvez Cardoso, zapatero, entró en prisión el día 1 de agosto del año 1687. salió condenada al auto de fe que se celebró en Coimbra el día 21 de agosto del año 1689.

 

Leonor de Paz

 

Cristiana nueva, de 36 años de edad, fue acusada de judísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Braganza, hija de Pedro de Paz, panadero, e Isabel Cardosa, casada con Diego del Río, mercader. Entró en prisión el día 16 de septiembre del año 1691, fue sentenciada a salir en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 17 de octubre del año 1694. Se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, fuese instruida en la fe católica y se le impongan penitencias espirituales.

 

Manuel de Castro

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio tejedor de tafetanes, natural de Zamora y que tiene su morada en Braganza, hijo de José de Castro, zapatero y Catalina Díaz, casado con María de Sá. Entró en prisión el día 17 de abril del año 1692, fue sentenciado el 17 de octubre en el auto de fe de esa misma fecha que se celebró en Coimbra el año 1694.

 

Jacinta Fernández

 

Media cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Duas Igresias, (Miranda do Douro), hija de Antonio Botello, cardador, y Ana Carrera, casada con Bartolomé Cardoso, zapatero. Entró en prisión el 9 de marzo del año 1665, fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 13 de febrero del año 1667. A la reo se le comincó que sería suelto con secreto el 16 de febrero del año 1667. Se le pusieron penitencias espirituales.

 

Eugenia Fernández

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de San Agustín del Campo, morada en Carcao, hija de Manuel Fernández, zapatero de profesión y de Catalina Martín, casada con Manuel Remigio Pérez, zapatero de profesión. Entró en prisión el 7 de febrero del año 1742, siendo sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 8 de julio del año 1742. La reo fue suelta con secreto de las cárceles el 9 de junlio de 1742. Se le impusieron penitencias espirituales.

 

Jerónima Goncalvez

 

Cristiana nueva, de 32 años de edad, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Braganza, hija de Francisco Goncalves, zapatero y Manuela Rodríguez, casada con Antonio Martín de Ledesma, zapatero. Entró en prisión el día 21 de agosto de 1713. Fue reconciliada.

 

Britis (Beatriz) Fidalgo

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Braganza. Es hija de Luís Cardoso Fidalgo y María Goncalves, casada con Antonio Ortuño, de oficio mercader y tendero. Entró en prisión el día 5 de diciembre de 1692, siendo sentenciada a salir en auto de público de fe que se celebró en Coimbra el día 17 de octubre del año 1694. La reo fue suelta de las cárceles con secreto inquisitorial el 18 de octubre del año 1694.

 

Francisco Pérez

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Vilarrin de Campos, pueblo de Zamora, tiene su morada en Perila de Castro (Carcao), hijo de Francisco Pérez y María García, casado con Ana Álvarez. Entró en prisión el 7 de febrero del año 1742, saliendo en el auto de fe que se celebró el 8 de julio del año 1742. Se acordó que el reo fuera suelto bajo secreto inquisitorial, el día 14 de julio del año 1742.

 

Jerónimo Méndez

 

Cristiano nuevo, acusado de judaísmo, de profesión zapatero, natural de Zamora, tiene su morada en Quintelas de Lampacas, obispado de Miranda, hijo de Gaspar Méndez, zapatero y Ana de León, casado con María Rodríguez en su segundo casamiento.

Entró en prisión el 26 de diciembre del año 1637, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró  en la ciudad de Coimbra el día 31 de octubre del año 1638. Fue suelto de las cárceles inquisitoriales con secreto y se le mandó ir para su tierra.

 

Josefa López

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada en Vila Flor, Obispado de Braga, hija de Francisco López, vivía de sus haciendas, era su madre María Enriquez, viuda de Antonio Rodríguez Pulido, maestro de niños. Fue denunciada el día 25 de abril del año 1667. La reo se presentó y se la escuchó de cuanto se acusaba, y se decidió que se marchase para su tierra Vila Flor. (El proceso no tiene sentencia).

 

Francisca de Miranda

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Coimbra, de 70 años de edad, hija de Fernando de Miranda y Costanza de Miranda, viuda de Francisco de Zamora. Entró en prisión el 22 de octubre del año 1567. Fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 1 de agosto del año 1568, condenada a ser encarcelada y a llevar sambenito a perpetuidad y, con fecha 23 de diciembre del año 1570, se informó a la reo de que se le levantaba la sentencia, se le  quitaba el sambenito que estaba obligada a llevar por penitencias espirituales.

 

Francisca Bas

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Nuez, Zamora y tiene su morada en Braganza, de 45 años de edad, hija de Francisco Bas y María Rodríguez, viuda, fue su marido Diego Núñez, Platero. Entró en prisión el 29de diciembre del año 1600 y fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra  el 6 de mayo del año 1601. Se le informó el día 7 de mayo del año 1601, que sería suelta con secreto inquisitorial, y el 14 de junio del año 1601, se le quitó el sambenito y se le conmutó por penitencias espirituales.

 

Alfonso Goncalvez Cardoso

 

Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo, zapatero, natural de Zamora, tiene su morada en Vimioso, hijo de Pedro Cardoso, zapatero de oficio y Britis Méndez, casado con Isabel de Losada. Entró en prisión el 1 de agosto del año 1687, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 1 de julio del año 1691. El reo ya había sido preso por la Inquisición de Valladolid y reconciliado en el auto de fe que se celebró en esa ciudad el 1 de julio del año 1668. Fue condenado a ser desterrado al Brasil y, se le conmutó para que fuera para el Algarbe.

 

Manuel Rodríguez

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, cardador de profesión, Natural de Zamora, tiene su morada en Carcao, hijo de Francisco Fernández, cardador e Isabel Rodríguez.

Entró en prisión el 14 del 4 del año 1698, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 14 de junio del año 1669. EL reo se fugó para Castilla.

 

Francisco...Álvarez

 

Cristiano Nuevo, fue acusado de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Matosinhos, obispado de Oporto, casado con Gracia López. Salio en el auto de fe que se celebró en el día 11 de febrero del año 1543. Se desconoce su sentencia.

 

Isabel Núñez

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Serpa, hija de Alfonso de Ledesma y de Isabel Núñez, cristiana nueva, casada con Fernando Méndez, zapatero. Entró en prisión el día 9 de octubre de 1597, fue sentenciada el día 12 de julio del año 1597 en Evora, donde salió al auto de fe que se celebró ese mismo día y donde abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial al arbitrio de los inquisidores, fue instruida en la fe católica.

 

Mencia Álvarez

 

Fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada en Braganza, hija de Dinis Álvarez e Isabel de Castro, casada con Luís Estevens, entró en prisión el 28 de junio del año 1545. Fue absuelta ante el perdón del Papa lanzado a favor de los cristianos nuevos. Fue suelta después de abjurar.

 

Bernarda Núñez

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, de 35 años de edad, natural de Perdigón (Zamora), tiene su morada en Valle de la Mula, villa de Almeida, obispado de Guarda, hija de Manuel Núñez, cristiano nuevo y Beatriz Fernández, cristiana nueva, casada con Bernardo del Castillo, zapatero y chocolatero. Entró en prisión el 12 de marzo del año 1742, fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa el 4 de noviembre del año 1742. Se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, penitencias espirituales.

 

Francisco Méndez

 

Cristiano nuevo, de 35 años de edad, fue acusado de judaísmo, natural de Zamora, de oficio tratante, morada Castanheira, hijo de Gregorio Méndez, tratante y de Josefa de Santiago, casado con  Josefa María, cristiana nueva. Entró en prisión el 26 de marzo del año 1703, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en la ciudad de Lisboa, el día 9 de septiembre de 1703. Se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo y sin remisión, penitencias espirituales.

 

María de Paz

 

Cristiana nueva, de 30 años de edad, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Lisboa, hija de de Diego Ramos, tratante, y Joana de Paz, cristiana nueva, viuda de Pedro Enriquez, mercader. Entró en prisión el 28 de abril del año 1682, fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa el día 8 de agosto del año 1683. S e le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, fuese instruida en la fe católica, penitencias espirituales.

 

Juana de Paz

 

Cristiana nueva, de 62 años de edad, fue acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada Lisboa, hija de Francisco Gómez, cristiano nuevo, curtidor, y de María López, cristiana nueva, casada con Diego Ramos, curtidor. Entró en prisión el 25 d abril del año 1682, siendo sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa, el 10 de mayo del año 1682. Se le confiscaron sus bienes, abjuración en forma, cárcel y hábito penitencial al arbitrio de los inquisidores, penitencias espirituales.

 

BENAVENTE

 

 

Antonio Ramírez

 

Cristiano nuevo, de 50 años de edad, fue acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Benavente, morada Braganza, hijo de Francisco Ramírez, cristiano nuevo y María Núñez, cristiana nueva, casado con Isabel Sánchez. Entró en prisión el día 13 de marzo del año 1714, fue sentenciado el 18 de enero del año 1716, a salir en auto público de fe que se celebró en éste día indicado, abjuró en forma, se le confiscaron sus bienes, fuese instruido en la fe católica, penitencias espirituales y el pago de las costas.

 

Juan González Manzila

 

Medio cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, natural de Noz, (condado de Benavente), tiene su morada en Chaves, hijo de Pedro González, sin oficio, su madre es Catalina Rodríguez, casado con María de Salcedo. Entró en prisión el día 15 de abril del año 1679, fue sentenciado en el auto de fe que se celebró el día 18 de enero de 1682. El reo fue suelto de las cárceles con sumo secreto, el 21 de enero de 1682, saliendo definitivamente el 5 de febrero de 1682.

 

Dominga de Oliveira

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Redelga, (Benavente), morada S. Pedro de Silva, Algoso, obispado de Miranda, hija de Baltasar de Oliveira, zapatero, madre María López, casada con Francisco Cardoso, labrador y tendero. Entró en prisión el 19 de noviembre de 1695, fue sentenciado el día 26 de noviembre de 1696. El reo fue suelto con secreto el día 27 de noviembre de 1696. Salió de la cárcel del 17 de diciembre de 1696.

 

Pedro García

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Benavente, morada en Braganza, obispado de Miranda, de 67 años de edad, hijo de Jorge Álvarez e Isabel García, viudo de Engracia Rodríguez. Entró en prisión el día el día 10 de enero de 1661, su sentencia fue conocida en el auto de fe que se celebró el día 24 de mayo de 1670. Fue mandado a que eligiese el lugar donde quería ir a vivir, y se le impusieron penitencias.

 

Bernardo López

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio tendero, natural de Lixa, Benavente, tiene su morada en Braganza, hijo de Diego López, de oficio barbero y de Felipa Rodríguez, casado con Catalina Enriquez. Entró en Prisión el 25 de agosto del año 1712, fue sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra en el día 6 de agosto de 1713. El reo fue suelto con secreto el día 7 de agosto del año 1713.

 

Ángela Rodríguez

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Granocillo, Benavente, tiene su morada en Argozelo, Outeiro, obispado de Miranda, hija de Gabriel Rodríguez, labrador, e Isabel Méndez, viuda de Manuel García, labrador y zapatero. Entró en prisión el día 10 de noviembre del año 1701, fue sentenciada en auto de fe de fecha ?-?-1701, fue suelta con secreto de las cárceles inquisitoriales de Coimbra el día 23 de diciembre del año 1701, saliendo definitivamente al día siguiente con penitencias espirituales.

 

Diego Ramos

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Benavente, (Zamora), residente en Lisboa, hijo de Antonio Ramos, zapatero y de Ana Fernández, cristiano nuevo, soltero. Entró en prisión el 26 de abril del año 1682, fue sentenciada con excomunión mayor el 8 de agosto del año 1683, se le confiscaron sus bienes, fue quemado vivo. Relajado a la justicia secular.

 

PUEBLA DE SANABRIA

 

Baltasar Gómez Núñez

 

Cristiano nuevo, de 61 año de edad, fue acusado de judaísmo, de oficio rendeiro (arrendador), natural de Puebla de Sanabria, morada Braganza, hijo de Antonio Gómez, cristiano nuevo, hombre de negocio, es hijo de Felipa Núñez de León, cristiana nueva, de estado soltero.  Entró en prisión el día 17 de abril del año 1747, fue condenado a cárcel al arbitrio de los inquisidores, sea instruido en la fe católica, penitencias espirituales y pagar las costas.

El proceso no tiene fecha sobre la sentencia.

 

Ana Rodríguez

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Puebla de Sanabria, morada en Braganza, hija de Baltasar Gómez y Florencia Rodríguez, de estado viuda de Antonio de Acosta, mercader. Fue denunciada ante la Inquisición de Coimbra el día 10 de enero del año 1705. El proceso no se pudo desarrollar porque la reo estaba huida en España.

 

Francisco de Acosta

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio torcedor de sedas, natural de Puebla de Sanabria, tiene su morada en Braganza, hijo de Gabriel Rodríguez y de Inés de Acosta, viudo de María Núñez. Fue denunciado el 24 de octubre del año 1664, fue sentenciado el día 13 de febrero del año 1667 en auto de fe donde fue reconciliado, fue suelto con secreto saliendo de la cárcel el día 25 de febrero del año 1667.

 

Manuel Gómez Ferreira

 

Cristiano Nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio tejedor de seda, natural de Puebla de Sanabria, Morada Braganza, hijo de Antonio Gómez, estanquero y su madre es Britis Fernández, soltero. Entró en prisiones inquisitoriales el día 28 de marzo 1727, fue sentenciado el 25 de mayo de 1727 en el auto de fe que se celebró en esta última fecha. Fue suelto en términos de secreto inquisitorial.

 

Francisco Gómez

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio tratante, natural de Puebla de Sanabria, tiene su morada en Braganza, hijo de Antonio Gómez, estanquero y Britis Fernández, soltero.  Entró en prisión el 11 de febrero del año 1727, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró el 9 de mayo de 1728. Fue suelto en términos de secreto inquisitorial.

 

Juana María

 

Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Puebla de Sanabria, morada Braganza, hijo de Antonio Gómez, estanquero y Britis Fernández, de estado soltera.

Entró en prisión el 11 de febrero de 1727, siendo sentenciada el 25 de mayo del año 1727. Fue suelta por el tribunal de Coimbra bajo secreto inquisitorial.

 

José Gómez Ferreira

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de profesión tejedor, natural de Puebla de Sanabria, morada en Braganza, de 22 años de edad, hijo de Antonio Gómez y Beatriz Fernández, soltero. Entró en prisión el 25 de octubre del año 1718, siendo sentenciado en auto de fe que se celebró en Coimbra el 9 de septiembre del año 1720. Fue suelto en términos de secreto Inquisitorial.

 

FERMOSELLE

 

Ana Pereira

 

Cristiana nueva, natural de Fermoselle, fue acusada de judaísmo, tiene su morada en Braganza, hija de Francisco Navarro, zapatero y Ana Pereira, viuda de Luís Cardoso, mercader. Entró en prisión el 2 de noviembre del año 1593, siendo sentenciada en el auto de fe que se celebró el 8 de octubre del año 1595. Fue condenada a cárcel con hábito penitencial, y finalmente se optó por que saliese en términos de secreto inquisitorial.

 

Miguel Fernández

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de profesión zapatero, natural de Fermoselle, tiene su morada en el Vale do Torno, arzobispado de Braga, de 25 años de edad, es hijo de Francisco Fernández y Elena Fernández, casado con Margarita López.

Entró en Prisión el 22 de julio del año 1570, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 28 de octubre del año 1571. El reo fue mandado soltar de las cárceles de la Inquisición para comenzar a cumplir la penitencia en Coimbra y arrabales el 3 de noviembre del año 1571. Con fecha 8 de mayo del año 1572, le fue levantada la cárcel y quitado el hábito penitencial para conmutarlo por penitencias espirituales.

 

Alfonso García

 

Zapatero, fue acusado de judaísmo, natural de Fermoselle, tiene su morada en Mogadouro, hijo de Jerónimo García y Francisca Rodríguez, casado con Ana Fernández.

Fue condenado por la Inquisición de Evora, entrando en prisión el 9 de mayo del año 1545, fue puesto en libertad el 10 de junio del año 1548 por presentar fianza. Su mujer también fue presa por el mismo crimen.

 

Melchor Bas

 

Cristiano nuevo, mercader de oficio, fue acusado de judaísmo, natural de Fermoselle, morada en Miranda, hijo de Gutiérrez Bas y Francisca de Carvajal, casado con Beatriz Díaz.  Entró en prisión el 30 de enero del año 1546: Debido al perdón general fue suelto de las cárceles inquisitoriales, el 21 de junio del año 1548.

 

Antonio López

 

Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de oficio labrador, natural de Fermoselle, morada Sendim, Miranda do Douro, obispado de Miranda, de 69 años de edad, hijo de Andrés Goncalvez, vinatero y Ana López, casado con María Cardoso  (2º casamiento), entró en prisión el 6 del agosto de 1669, fue sentenciado el 4 de diciembre del año 1688, el reo fue casado por primera vez con Violante Rodríguez, se presentó con 60 años a declarar de si mismo en descargo de su conciencia. Se presentó por segunda vez el 9 de agosto del año 1669, fue escuchado y ese mismo día se le dio licencia para poderse ir,  Más tarde falleció en Sendim (auto de fallecimiento, 28 de enero del año 1678).[2]

 

Francisco Cardoso

 

Cristiano nuevo, de 66 años de edad, fue acusado de judaísmo, zapatero de oficio, natural de Sedim, obispado de Miranda, padre Alfonso de Fermoselle, cristiano nuevo, zapatero y María Cardosa, cristiana nueva, casado con Leonor de Moncao, cristiana nueva. Entró en prisión el 3 de diciembre del año 1618, fue sentenciado a salir en auto de fe el 29 de marzo del año 1620, fue condenado con excomunión mayor, confiscación de bienes, cárcel y hábito penitencial perpetuo y sea instruido en la fe católica.[3]

 

María de Paiva

 

Un cuarto de cristiano nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Fermoselle, teniendo su morada en Montemor-o-Velho, Obispado de Coimbra.

Espero que esta realidad histórica sirva para desenmascarar a los verdaderos herejes de la historia, que desde mi punto de vista no son los condenados, sino aquellos que en nombre del Dios de los cristianos, desobedecían de primera mano lo más sagrado dentro del cristianismo y judaísmo, Los Mandamientos de la ley de Dios. Saquen sus propias conclusiones.

 
Estos fueron los 58 herejes zamoranos condenados por la Inquisición portuguesa.

 



Usque, Samuel (1989). Consolação ás Tribulações de Israel (en portugués). Fundação Calouste Gulbenkian.
 
[2] Ibíd. 3182
[3] Ibíd. 2457

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