JUDAIZANTES DE
ZAMORA CONDENADOS POR LA INQUISICIÓN PORTUGUESA
El
presente trabajo nace de la necesidad de compartir con los vecinos de Zamora,
una parte de su historia que está sin escribir. El objetivo de esta
investigación es dar a conocer una realidad social, donde lo cruento y
encarnizado marcó durante mucho tiempo el paso de muchas generaciones que se
vieron obligadas a sucumbir ante los
poderes fácticos del momento.
Crónicas reales
documentas, donde se aprecia, que el paso de la silueta de Caín por esta
provincia, dejó su negativa impronta, impregnando con su sombra los cuatro
costados de estas tierras rayanas. Memoria que lleva insertado en su núcleo,
los valores del enfrentamiento, la hostilidad y el combate entre ciudadanos de
una misma población, auspiciado por uno de los mayores enemigos de la
humanidad, el mundo de los ideales.
Conoceremos
episodios cargados de tensiones víricas propias de la sin razón y la
irreflexión del hombre hacia su prójimo, siempre dominados por el criterio
funesto y luctuoso de lo irreal e imaginario.
En este estudio
apasionante y conmovedor, nos encontraremos con documentos que llevan en
sus hojas la marca y el sonido del
dolor, la humillación y la muerte, como queriendo denunciar en pleno siglo XXI,
los temidos y feroces movimientos de la Iglesia Católica a través de lo que fue
uno de sus brazos armados, la Santa Inquisición. Todo ello hará presagiar,
vaticinar y predecir en la mente del lector, que las alargadas y fúnebres
sombras de Caín cubrieron durante muchísimo tiempo los cuatro puntos cardinales
de estas vetustas y pardas tierras. Penumbras que han dejado enarboladas
durante infaustos y dramáticos momentos, las fúnebres y lúgubres banderolas del
espíritu cainita de los hombres, que en nombre del Crucificado, llegaban a
vulnerar, atropellar y transgredir, los mandamientos de la ley de Dios.
Espero que esta
veraz y fidedigna realidad histórica, nos ayude a desenmascarar al bíblico
Caín, para que cuando sintamos cerca de nosotros la fétida y negativa presencia
de su trazo, sepamos alejarnos de su camino antes de que el tósigo ponzoñoso de
su masa, nos marque y nos signe con su particular quijada.
Hombres, mujeres
y niños sufrirán en sus vidas, un amargo y atormentado calvario que marcará en
adelante el verdadero sentir religioso de un pueblo. Había que extender el
catolicismo por todo el país y, la formula encontrada por la realeza y la
Iglesia para destruir y arrancar la cizaña que envenenaba las espigas
cristianas de la población, sería el siniestro castigo inquisitorial. Una
misión contundente con un objetivo muy claro, enarbolar y blandir la bandera
del Crucificado por toda la piel de toro.
La Inquisición
pondrá en marcha un despliegue exterior auténticamente colosal, mostrando
cuales son los reos condenados por ella y lo más importante, el cumplimiento de
las sentencias impuestas. Proceder que en última instancia viene determinado
por la naturaleza de los delitos, en los que entiende y determina que algunos
de ellos son de tremenda gravedad. Pecados que lesionan la imagen del Nazareno
y que deben de ser depurados según las instrucciones del Santo Oficio del
momento.
La dimensión de
las penas será algo público y notorio; hay que reparar la dignidad herida del
cristianismo, y para ello los autos de fe serán el momento crucial de
restauración de la misma. La labor a desarrollar en dichos actos será, entre
otras cosas, la de recordar al pueblo
asistente, que está prohibido y sobre todo penado, caer en los mismos errores
que en ese momento se están reprimiendo.
En Coimbra y más
concretamente en la plaza central de dicha ciudad, se desarrollarán los autos
de fe de los herejes zamoranos huidos de la Inquisición de Valladolid. En ese
espacio público, el espectáculo, la violencia, el perdón, el poder, la
religión, el arte y la diversión, se convertirán en algo único e inolvidable en
los cerebros de los ciudadanos asistentes. Los vecinos presentes, conocedores
de estos acontecimientos, darán su testimonio de militancia católica en los
templos y en la misma plaza donde el auto de fe se va a desarrollar, sumándose
con su presencia a los actos que rodean el espectáculo religioso.
Pero si el auto
de fe pone de manifiesto los errores de los condenados, no lo van a ser menos
las cárceles de la
Inquisición , donde las torturas, los suicidios, la locura, y
un permanente terror manifiesto, serán en dichos habitáculos los siniestros
acompañantes de los hombres y mujeres detenidos por el Santo Oficio. Torturas
como los garrotes en las espinillas, las vueltas de cordel en los brazos y
muslos estando los reos echados sobre el potro, la famosa tortura de la toca o
de los jarrillos de agua y otras por el estilo, harán que los cuerpos y mentes de
muchos vecinos zamoranos, queden traumatizados y estigmatizados para siempre.
Toda una trágica epopeya en nombre del Dios de los cristianos, que pone de
manifiesto, la sin razón y la falta de fe de unos hombres de Iglesia en busca
de un solo Dios, una deidad llamada poder en la que existe una simbiosis muy
particular de la política eclesiástica y secular por un interés común: la
unidad de la fe.
Judaizantes Zamoranos Condenados por la
Inquisición de Portugal
Cuando se produjo la expulsión de
los judíos en 1492, algunos de ellos se fueron para el vecino país lusitano
buscando la tranquilidad de sus almas. Portugal en esos momentos no tenía
Inquisición, razón más que suficiente para que los seguidores del Talmud
llegasen con un espíritu sosegado y de convivencia. Cuatro años más tarde, los
aproximadamente 100.000 judíos españoles llegados a Portugal, según algunas
crónicas, se van a meter de nuevo en una insólita deportación propiciada por la
ingerencia de los reyes católico en dicho país.
Tras la muerte del rey Juan II de
Portugal en 1495, su sucesor, Manuel I, trató de casarse con la hija de
Fernando e Isabel. Como condición de su consentimiento a la boda, los Reyes
Católicos exigieron y exhortaron al monarca Portugués, la expulsión de los
Judíos de su reino como lo habían hecho ellos mismos en 1492.
El 5 de
diciembre del año 1496, éste monarca lusitano promulgó el edicto de expulsión
de las minorías judaicas y musulmanas del reino. La mayoría de los judíos
portugueses, como ocurrió en España, decidieron quedarse bajo las leyes
establecidas, donde se exigía la conversión al catolicismo para poder residir o
establecerse en el lugar donde habitase. Después de recibir el bautismo en los
distintos lugares erigidos para dicho sacramento, el monarca portugués, decidió
que se le quitaran los niños de dos años hasta diez y se llevasen a repoblar
las islas de Santo Tomé y Príncipe como esclavos. Un año después de la
deportación, de los 2000 niños secuestrados solo quedaban 600. Samuel Usque, un
autor marrano que vivió esa época, describe lo que aconteció.
“Quando
essas crianças inocentes chegaram à selva de São Tomé, o que seria seus
túmulos, elas foram levados à costa e deixados ali sem compaixão. Quase todos
foram engolidos pelos grandes lagartos da ilha e os que ficaram, pois escaparam
aos répteis, morreram de fome e abandono.”[1]
Para cumplir su compromiso de boda con María de Aragón y Castilla,
Manuel I había solicitado además a Roma la instalación de una Inquisición
Portuguesa. Pero fue solamente tras su muerte que el papa Paulo III aprobó la
idea, por lo que fue la Inquisición establecida formalmente en 1536 durante el
reinado de Juan III de Portugal, quien -además de la labor central de persecución
de "herejes" y, sobre todo, "judaizantes"- le asignó
atribuciones para la censura de libros y publicaciones, junto con jurisdicción
en asuntos como adivinación, brujería y bigamia. El primer inquisidor general
fue Fr. Diogo da Silva (1536-1539).
En sus primeros
tres años la Inquisición Portuguesa estuvo bajo la autoridad del papa, pero en
1539 Juan III nombró Gran Inquisidor a su propio hermano, el futuro Enrique I
de Portugal, con lo que la institución solo respondía al rey. El primer auto de
fe tuvo lugar en Lisboa el 20 de septiembre de 1540. Finalmente, en 1547, el
papado terminó aceptando que la Inquisición dependiese de la corona portuguesa.
En Portugal hubo
tribunales en Lisboa, Coimbra y Évora, y por un corto período (1541 - c. 1547)
también en Porto, Tomar y Lamego. En el ámbito de las colonias, en 1560 se
estableció uno de los tribunales del organismo en la colonia de Goa, en la
India portuguesa, mientras que los establecimientos portugueses en América y África
occidental dependieron del tribunal de Lisboa.
Además, los
tribunales organizaban en sus jurisdicciones "visitas
inquisitoriales", o giras en las que representantes de la institución
recorrían el territorio, en una especie de procesión celebrada con toda pompa y
boato, con el objetivo de alentar las delaciones que permitían levantar
procesos y confiscaciones en lugares apartados. Estas visitas eran realizadas
regularmente en las áreas rurales de Portugal y esporádicamente en las islas
portuguesas del Atlántico y las colonias de Brasil y África occidental,
dependientes del tribunal de Lisboa.
La Inquisición
Portuguesa, al igual que la española, fue primero clausurada por un decreto de
Napoleón en 1808. Pero solo fue abolida definitivamente por las Cortes
Generales de Portugal, en 1821.
Nuestros primeros condenados a dar a conocer son naturale de Alcañices.
Esta villa se encuentra ubicada en la comarca de Aliste, de la que es
considerada su capital comarcal. Su término municipal se encuentra situado al
oeste de la provincia de Zamora, junto a la frontera con Portugal, y está
formado por los términos de Alcañices, Alcorcillo, Santa Ana y Vivinera.
El evento histórico más importante por el que se conoce a esta
población, es por la firma del Tratado de Alcañices el 12 de septiembre de 1297
entre las coronas de Portugal y Castilla. Durante la Edad Media fue una villa
fortificada que perteneció a los templarios.
Estos fueron los condenados judaizantes de Alcañices por la Inquisición
de Coimbra.
María de Miranda
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Alcañices y tiene su morada en Chaves, obispado de Braga, hija de
Francisco Fernández de Miranda y Ana de Paz, casada con Antonio de Acosta,
creador del asiento. Entró en Prisión el 3 de junio del año 1662, siendo
sentenciada el 26 de octubre del año 1664, fue liberada de la prisión de la
inquisición bajo secreto.
El secreto
Inquisitorial era la piedra angular que hacía y conservaba en la mente del
ciudadano el desconocimiento de cuanto sucedía dentro del recinto inquisitorial,
ya que los reos condenados nunca podrían contar lo ocurrido con ellos en las
cárceles de la Inquisición, no podrían hacer saber a nadie las torturas
infringidas en sus cuerpos ni nada que se le pareciese. El aviso de secreto se
le decía al reo dentro del palacio inquisitorial, y se le prevenía que si
alguien cuenta que dicho detenido ha trasmitido lo vivido en el recinto del
Santo Oficio, éste sería detenido, excomulgado y condenado a ser quemado vivo.
De hay el famoso refrán de “Con el rey y la Inquisición chitón”.
Nuestro
siguiente condenado natural de Alcañices, va a ser penado por la Inquisición de
Lisboa, la cabecera principal de su proceso dice lo siguiente de éste
judaizante zamorano.
Antonio Ribero
Medio cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo,
de oficio arrendador de tabaco en la provincia de Santarém, natural de Alcañices,
Zamora, tiene su morada en Santarén, hijo de Domingo Ballestero, de oficio
tratante y de María Antonia, casado con Britis Leonel. Entró en prisión el día
7 de abril del año 1703, salió en el auto de fe que se celebró el 9 de septiembre
del año 1703 en Lisboa, se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y
hábito perpetuo, penitencias espirituales.
Antonio Ribero
ante la condena de hábito perpetuo y penitencias espirituales, tenía que salir
en días de fiesta mayor de la cárcel para escuchar misas fuera del recinto
inquisitorial. El habito o sambenito de Antonio Ribero, al ser prolongado y
perpetuo, cuando saliese de las cárceles definitivamente, tendría que ponérselo
cada vez que anduviese por la calle. Tenía la opción de pagar una determinada
cantidad de dinero a cambio de la conmutación del mismo, reales o maravedíes
que conseguían, en algunos casos, con la ayuda de otras personas que le
facilitaba tal menester y, con la obligación de devolverlo al fiador. Por regla
general, los garantes o prestamistas, solía ser otros conversos de judíos que
no habían sido denunciados al no haberse probado contra ellos delito alguno.
Los
sambenito de los reos se colgaban en la iglesia del pueblo deéste, con la
misión de perpetuar la infamia del convicto y la de todas sus generaciones. La
prenda difamatoria enganchada en las paredes del templo, le prohibía al
condenado el no poder viajar a Indias, usar el color carmesí tono de la hidalguía
y de los días de fiesta, viajar a Indias, no podría usar oro ni plata, ni
trabajar en trabajos públicos. El humillado se convertía en ciudadano de
segunda o tercera categoría tras la permanente acusación del maldito y odiado
sambenito. Aun hoy decimos en tono coloquial la famosa frase de: “Te colgaron
el sambenito”, locución y expresión que nace de esa realidad estigmatizadora
que se perpetraba en todos los pueblos donde hubiese herejes. La casa de Dios
era en esos momentos, más que un templo de oración y veneración, un empírico y
verídico humilladero público destinado a denostar a los reos condenados por el
Santo Oficio.
Dejamos a
nuestros dos condenado de Alcañices, y nos vamos a la búsqueda de las personas
detenidas por judaísmo en el pueblo de Trabazos. Este municipio zamorano
se encuentra ubicado en la comarca de Aliste, al
oeste de la provincia de Zamora y
junto a la frontera con Portugal.
El pueblo está formado por el territorio correspondiente a los términos de Latedo, Nuez, San Martín del Pedroso, Trabazos y Villarino Tras la Sierra.
Los judaizantes de esta población son interesantes por que
fueron castigados con crueles torturas y con la pena mayor, el ser quemados
vivos en las calcinantes y devastadoras piras de la Inquisición portuguesa.
Nuestro primer condenado es Juan Goncalvez (González) en
español, de quién su cabeza de proceso
dice lo siguiente de su particular
tragedia.
Juan Goncalvez
Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo, zapatero
de profesión y natural de Trabazos, tiene su morada en Terroso, obispado de
Miranda, hijo de Francisca Goncalvez y se desconoce el nombre del padre, viudo
de Felipa Drago. Entró en prisión el 6 de enero del año 1593, siendo
sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 19 de diciembre del
año 1599. El reo falleció en las cárceles de la Inquisición antes de la
conclusión de su proceso: el día de su muerte fue el 4 de julio del año 1593.
Los
condenados que morían en las prisiones de la Inquisición, el cadáver no se lo
entregaban a su familia, para estos casos el Santo Oficio solía tener un
cementerio particular en su feudo donde enterraban a estos muertos condenados.
El fin de su enterramiento era el de esperar a que se hiciese el siguiente auto
de fe, día en que se desenterraría el cuerpo del hereje y, estuviese como
estuviese, se montaría sobre un asno que iría en la misma procesión de los reos
vivos. A este finado se le haría un muñeco de cartón al que se le pondría, el
sambenito correspondiente, con un letrero en el pecho del pelele que indicaría
el nombre del reo, población, herejía cometida y año de su condena. Durante el
auto de fe que se celebraba en la plaza mayor o central donde estuviese el
tribunal situado, subiría el pelele al cadahalso y allí se le leería su
sentencia, condena que siempre sería la de relajación, (condenado a ser quemado
en la hoguera). Al terminar el auto, los reos vivos que fuesen a ser quemados,
tomarían junto al pelele y el asno con los huesos del judaizante el camino
hacia el quemadero, espacio que siempre estaba extramuros de la ciudad. Allí se
quemarían los hombres vivos condenados y los huesos del hereje fallecido se
tirarían a la hoguera junto al muñeco que lo representaba. Al pelele se le
quitaría el sambenito y el mismo se colgaría, como ya hemos indicado, en la
iglesia del pueblo del reo, en este caso en Trabazos.
Otro
condenado muerto en las cárceles de la Inquisición de Coimbra, fue una mujer
llamada Esperanza Fernández, muerte que venia provocada por una intensa y
fuerte tortura o, por una determinada enfermedad ocasionada por la situación
del preso en las cárceles. Esto es lo que cuenta su cabecera de proceso.
Esperanza Fernández.
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Trabazos y que tiene su morada en Quintela de Lampacas, distrito de
Braganza, de 75 años de edad, hija de Juan Goncalves y Urraca de León, es mujer
viuda de Luís Fernández, zapatero. Entró en prisión el 7 de noviembre del año
1584, fue sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 9 de
noviembre del año 1586. La reo falleció en las cárceles de la Inquisición antes
de la conclusión de su proceso.
Esperanza
Fernández, una anciana de 74 años que se quebró como un jarrón roto ante las
terribles torturas de la Inquisición. Una institución, la Inquisición, que en
nombre del Crucificado, violaba sistemáticamente los Mandamientos de la Ley de
Dios, desde el no matarás, al no tomarás el nombre de Dios en vano o el no
codiciarás los bienes ajenos, ellos le confiscaban los bienes al reos. Creo
desde mi particular pensamiento, que si Jesús de Nazaret hubiese bajado en esos
momentos en su segunda venida, a toda esa iglesia inquisitorial la hubiese
echado a latigazos como echó a los mercaderes del templo, ya que para nada se
estaban acercando a su caridad, misericordia y a su lapidaria frase: “Amarás a
Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.
Otros
condenados de Travazos fueron los siguientes condenados.
Juan Goncalvez
Cristiano nuevo, acusado de judaísmo, de oficio zapatero,
natural de Travazos y que tiene su morada en Braganza, obispado de Miranda, de
42 años de edad, es hijo de Mencia Fernández, y Diego Goncalves, zapatero. Entró
en prisión el 7 de diciembre del año 1593, siendo sentenciado en el auto de fe
que se celebró en Coimbra el día 8 de octubre del año 1595. Fue suelto de las
cárceles con secreto inquisitorial y se le impusieron penitencias espirituales.
Francisco Goncalves
Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo,
zapatero de profesión, natural de Trabazo y tiene su morada en Braganza, de 31
años de edad, es hijo de Diego Goncalvez, zapatero y Mencia Fernández, soltero.
Entró en prisiones inquisitoriales el día 29 de mayo del año 1600, siendo
sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 6 de mayo del año
1601. Fue suelto de las cárceles con secreto.
El siguiente
condenado es natural de Rabanales y será condenado por la Inquisición de
Lisboa.
Pedro Dalmance
Cristiano nuevo, fue acusado de Judaismo, de 30
años de edad, sastre, tiene su morada en Miranda, casado con Esperanza de León,
cristiana nueva. Entró en prisión el día 3 de agosto del año 1564, fue
sentenciado el día 19 de marzo del año 1565 en la misma mesa de la Inquisición
de Lisboa, siendo condenado a que abjurase de levi, y fuese puesto en libertad
con la condición de confesar y sea instruido en nuestra santa fe católica.
La siguiente
presa es natural de Bercianos, a ocho leguas de Zamora según los documentos
inquisitoriales, un ejemplo de proceso donde se pone de manifiesto, como un
solo detenido de una familia puede implicar, bajo tortura, al resto de la
familia. Las maquinas de hacer y procurar el dolor en el cuerpo del reo,
estaban perfectamente engrasadas para que el reo soltase su lengua y acusase a
otros miembros de su clan, que junto a al convicto, guardaban la ley de Moisés.
De esta forma la Inquisición se apoderaba de todas sus haciendas, y todos los
caídos en la potente y fuerte telaraña confeccionada por la araña negra se
encontrarían sin nada. Ana Luís García fue la principal condenada que
desencadenó la tragedia de toda su familia.
Ana Luís García
Cristiana Nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Bercianos, a ocho leguas de
Zamora, morada en Franca (Braganza), casada con Manuel Rodríguez,
zapatero, entró en prisión el día 14 de julio del año 1745. Esta mujer fue
condenada por la Inquisición de Logroño y Navarra, junto a su marido, hijos,
yernos, nueras, sobrinos y más personas.
Se desconoce su sentencia.
La
protagonista del siguiente proceso inquisitorial es Ana Martín, mujer natural
de Pereruela, cuya cabeza de sumario dice lo siguiente.
Ana Martín
Cristiana nueva, de 44 años de edad, fue
acusada de judaísmo, natural de Pereruela, Zamora, morada en Sevilla y
asistente en Alhandra, Lisboa, hija de Gabriel Martín, cirujano, es su madre
Josefa María, cristiana vieja, casada con Antonio García Rodríguez, tratante,
entró en prisión el 12 de noviembre del año 1721, siendo sentenciada en el auto
de fe que se celebró el 6 de mayo del año 1725, Abjuró en forma, cárcel y
hábito penitencial perpetuo, sea instruida en la fe católica, penitencias
espirituales.
Los
convictos a conocer a continuación son naturales de Zamora ciudad, hombres y
mujeres de quienes la Inquisición cuenta lo siguiente en sus cabeceras inquisitoriales.
Manuel Goncalvez, (González)
Cristiano nuevo, de 50 años de edad, fue
acusado de judaísmo, de oficio tratante, natural de Zamora y que tiene su
morada en Vila Nova de Foz Coa, obispado de Lamego, es hijo de Alfonso
Goncalvez, cristiano nuevo y de Isabel, cristiana nueva, en la actualidad está
casado con Branca Nunes. Entró en prisión el día 26 de mayo de 1725, siendo
sentenciado a salir en auto público de fe, que se celebró en Coimbra el 30 de
junio de 1726, se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito
penitencial perpetuo, sea instruido en la fe católica y se le impongan
penitencias espirituales.
Por despacho de 12 de julio de 1726, le fue
dada al reo licencia para ir para su tierra o para donde él aprobase, le fuero
impuestas penitencias espirituales.
Las
penitencias espirituales consistían en ir en días de fiesta mayor, Jueves Santo
y Viernes Santo, delante de las imágenes con sus sambenitos y corozas,
demostrando a la ciudadanía su conversión ante los ojos de los presentes.
Algunos se picaban las espaldas con látigos creados para tal suplicio, otros se
empalaban a un madero los brazos con sogas de espartos y vestidos con su
indumentaria correspondiente. Otros arrastraban cadenas, demostrando con su
conversión a la fe cristiana el respeto a la Santa Inquisición. No podían caer
de nuevo en el error de abrazar el judaísmo, la vida le iba en ello. De momento
sus cuerpos presentes en días tan señalados, demostraban su fiel decisión de
pertenecer enteramente al cuerpo laico de la Iglesia Católica.
Estos fueron
los condenados de Zamora.
Antonio Ortuño de Castro
Cristiano nuevo, de 43 años de edad, acusado de
judaísmo, tendero de oficio, natural de Zamora y que tiene su morada en
Braganza, obispado de Miranda, hijo de José Castro, zapatero de oficio, es su
madre Catalina Díaz, casado con Beatriz Fidalgo, cristiana nueva. Entró en
prisión el día 17 de abril del año 1692, fue sentenciado a salir en auto
público de fe el día 17 de octubre de 1694, se le confiscaron sus bienes, abjuró
en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo, sea instruido en la fe católica
y se le impongan penitencias espirituales. Por despacho del 12 de noviembre de
1694, se le dio al reo licencia para ir a su tierra o para donde él quisiese,
siempre que no se ausentase del reino sin licencia de la Mesa, se le impusieron
penitencias espirituales.
Leonor Méndez
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora, tiene su morada en Miranda de Douro, es hija de Manuel
Méndez, mercader y de Micaela Correia, es mujer casada con Melchor de Medina,
mercader de oficio. Entró en prisión el día 10 de febrero de 1683, fue
sentenciada a salir en auto público de fe el 21 de febrero del año 1683, fue
suelta bajo secreto inquisitorial el 22 de febrero del año 1683.
María Fernández
Cristiana nueva, de 42 años de edad, fue
acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada Vinhais, obispado de Miranda,
hija de Diego Fernández, zapatero, es su madre Feliciana Fernández, casada con
José Rodríguez Lobo, zapatero. Entró en prisión el día 5 de octubre de 1711, fue sentenciada el día 6 de agosto
del año 1713. La reo cuando se presentó tenía 40 años de edad, fue escuchada y
se le dio licencia para ir para el lugar de su morada, Vinhais, fue
reconciliada.
Gonzalo Fernández
Cristiano nuevo, de 26 años de edad, acusado de judaísmo, natural de Zamora y que
tiene su morada en Braganza, tratante de profesión, hijo de Pedro Fernández,
zapatero y de Mencía Fernández, soltero. Entró en prisión el 8 de noviembre de
1589, siendo sentenciado en auto público de fe que se celebró el día 19 de mayo
de 1591. Éste reo antes de entrar en prisión se presentó ante el vicario
general de Braganza, siendo enviado después a las prisiones de la Inquisición
de Coimbra, fue suelto de las cárceles con secreto el día 20 de mayo de 1591,
se le pusieron penitencias espirituales.
Cristóbal de Castro
Cristiano Nuevo, vendedor de aceite, fue
acusado de Judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Agenhosa, casado con María
Fernández, entró en prisión el día 9 de marzo del año 1547. El reo no quiso
decir los nombres de los padres. Se desconoce su sentencia.
Susana de Valladolid
Tendera de mercería, fue acusada de judaismo,
natural de Zamora, tiene su morada en Braganza, hija de Francisco de Valladolid
y Leonor de Mendeira, casada con Diego de Ledesma, entró en prisión el día 25
de junio del año 1545, abjuró el día 27 de octubre del año 1548, la reo se
benefició de un perdón general que concedió el Papa Paulo III a todos los reos
de la Inquisición.
Luís Antonio Gutiérrez
Cristiano nuevo, de 46 años de edad, fue
acusado de judaísmo, de oficio capataz del contrato del tabaco, natural de
Zamora, morada en Trancoso, obispado de Viseu, hijo de Antonio López Gutiérrez,
cristiano nuevo, contratador de tabaco en Zamora, es su madre María Rodríguez,
cristiana nueva, casado con María Hurtado, cristiana nueva, entró en prisión el
2 de enero de 1696, siendo sentenciado en auto de fe privado que se celebró el
4 de noviembre de 1698, inicialmente se le confiscaron sus bienes, y se
determinó que fuese absuelto ya que las acusaciones no fueron lo suficientes
para su condenación, los bienes secuestrados le fueron restituidos y de ellos
se pagaron las costas. Éste reo fue condenado inicialmente por la Inquisición
de Granada, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en la iglesia
del convento de Santa Cruz de dicha ciudad, el día 23 de febrero del año 1673.
Tuvo cárcel y hábito penitencial perpetuo y abjuró en forma.
Isabel de Losada
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora y tiene su morada en Vimioso, hija de Pedro Cardoso y
Catalina Losada, casada con Alfonso Goncalvez Cardoso, zapatero, entró en
prisión el día 1 de agosto del año 1687. salió condenada al auto de fe que se
celebró en Coimbra el día 21 de agosto del año 1689.
Leonor de Paz
Cristiana nueva, de 36 años de edad, fue
acusada de judísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Braganza, hija de
Pedro de Paz, panadero, e Isabel Cardosa, casada con Diego del Río, mercader. Entró
en prisión el día 16 de septiembre del año 1691, fue sentenciada a salir en el
auto de fe que se celebró en Coimbra el 17 de octubre del año 1694. Se le
confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo,
fuese instruida en la fe católica y se le impongan penitencias espirituales.
Manuel de Castro
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio tejedor de tafetanes, natural de Zamora y que tiene su morada en
Braganza, hijo de José de Castro, zapatero y Catalina Díaz, casado con María de
Sá. Entró en prisión el día 17 de abril del año 1692, fue sentenciado el 17 de
octubre en el auto de fe de esa misma fecha que se celebró en Coimbra el año
1694.
Jacinta Fernández
Media cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora, tiene su morada en Duas Igresias, (Miranda do Douro), hija
de Antonio Botello, cardador, y Ana Carrera, casada con Bartolomé Cardoso,
zapatero. Entró en prisión el 9 de marzo del año 1665, fue sentenciada en el
auto de fe que se celebró en Coimbra el 13 de febrero del año 1667. A la reo se le
comincó que sería suelto con secreto el 16 de febrero del año 1667. Se le
pusieron penitencias espirituales.
Eugenia Fernández
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de San Agustín del Campo, morada en Carcao, hija de Manuel Fernández,
zapatero de profesión y de Catalina Martín, casada con Manuel Remigio Pérez,
zapatero de profesión. Entró en prisión el 7 de febrero del año 1742, siendo
sentenciada en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 8 de julio del año
1742. La reo fue suelta con secreto de las cárceles el 9 de junlio de 1742. Se
le impusieron penitencias espirituales.
Jerónima Goncalvez
Cristiana nueva, de 32 años de edad, fue
acusada de judaísmo, natural de Zamora y tiene su morada en Braganza, hija de
Francisco Goncalves, zapatero y Manuela Rodríguez, casada con Antonio Martín de
Ledesma, zapatero. Entró en prisión el día 21 de agosto de 1713. Fue
reconciliada.
Britis (Beatriz) Fidalgo
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora y tiene su morada en Braganza. Es hija de Luís Cardoso
Fidalgo y María Goncalves, casada con Antonio Ortuño, de oficio mercader y
tendero. Entró en prisión el día 5 de diciembre de 1692, siendo sentenciada a
salir en auto de público de fe que se celebró en Coimbra el día 17 de octubre
del año 1694. La reo fue suelta de las cárceles con secreto inquisitorial el 18
de octubre del año 1694.
Francisco Pérez
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio zapatero, natural de Vilarrin de Campos, pueblo de Zamora, tiene su
morada en Perila de Castro (Carcao), hijo de Francisco Pérez y María García,
casado con Ana Álvarez. Entró en prisión el 7 de febrero del año 1742, saliendo
en el auto de fe que se celebró el 8 de julio del año 1742. Se acordó que el reo
fuera suelto bajo secreto inquisitorial, el día 14 de julio del año 1742.
Jerónimo Méndez
Cristiano nuevo, acusado de judaísmo, de
profesión zapatero, natural de Zamora, tiene su morada en Quintelas de
Lampacas, obispado de Miranda, hijo de Gaspar Méndez, zapatero y Ana de León,
casado con María Rodríguez en su segundo casamiento.
Entró en prisión el 26 de diciembre del año
1637, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en la ciudad de Coimbra el día 31 de octubre
del año 1638. Fue suelto de las cárceles inquisitoriales con secreto y se le
mandó ir para su tierra.
Josefa López
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora, morada en Vila Flor, Obispado de Braga, hija de Francisco
López, vivía de sus haciendas, era su madre María Enriquez, viuda de Antonio
Rodríguez Pulido, maestro de niños. Fue denunciada el día 25 de abril del año
1667. La reo se presentó y se la escuchó de cuanto se acusaba, y se decidió que
se marchase para su tierra Vila Flor. (El proceso no tiene sentencia).
Francisca de Miranda
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora y tiene su morada en Coimbra, de 70 años de edad, hija de
Fernando de Miranda y Costanza de Miranda, viuda de Francisco de Zamora. Entró
en prisión el 22 de octubre del año 1567. Fue sentenciada en el auto de fe que
se celebró en Coimbra el 1 de agosto del año 1568, condenada a ser encarcelada
y a llevar sambenito a perpetuidad y, con fecha 23 de diciembre del año 1570,
se informó a la reo de que se le levantaba la sentencia, se le quitaba el sambenito que estaba obligada a
llevar por penitencias espirituales.
Francisca Bas
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Nuez, Zamora y tiene su morada en Braganza, de 45 años de edad, hija
de Francisco Bas y María Rodríguez, viuda, fue su marido Diego Núñez, Platero. Entró
en prisión el 29de diciembre del año 1600 y fue sentenciada en el auto de fe
que se celebró en Coimbra el 6 de mayo
del año 1601. Se le informó el día 7 de mayo del año 1601, que sería suelta con
secreto inquisitorial, y el 14 de junio del año 1601, se le quitó el sambenito
y se le conmutó por penitencias espirituales.
Alfonso Goncalvez Cardoso
Cristiano nuevo, fue acusado de Judaísmo,
zapatero, natural de Zamora, tiene su morada en Vimioso, hijo de Pedro Cardoso,
zapatero de oficio y Britis Méndez, casado con Isabel de Losada. Entró en
prisión el 1 de agosto del año 1687, siendo sentenciado en el auto de fe que se
celebró en Coimbra el 1 de julio del año 1691. El reo ya había sido preso por
la Inquisición de Valladolid y reconciliado en el auto de fe que se celebró en
esa ciudad el 1 de julio del año 1668. Fue condenado a ser desterrado al Brasil
y, se le conmutó para que fuera para el Algarbe.
Manuel Rodríguez
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo,
cardador de profesión, Natural de Zamora, tiene su morada en Carcao, hijo de
Francisco Fernández, cardador e Isabel Rodríguez.
Entró en prisión el 14 del 4 del año 1698,
siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el 14 de junio del
año 1669. EL reo se fugó para Castilla.
Francisco...Álvarez
Cristiano Nuevo, fue acusado de judaísmo,
natural de Zamora, tiene su morada en Matosinhos, obispado de Oporto, casado
con Gracia López. Salio en el auto de fe que se celebró en el día 11 de febrero
del año 1543. Se desconoce su sentencia.
Isabel Núñez
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Zamora, tiene su morada en Serpa, hija de Alfonso de Ledesma y de
Isabel Núñez, cristiana nueva, casada con Fernando Méndez, zapatero. Entró
en prisión el día 9 de octubre de 1597, fue sentenciada el día 12 de julio del
año 1597 en Evora, donde salió al auto de fe que se celebró ese mismo día y donde
abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial al arbitrio de los inquisidores,
fue instruida en la fe católica.
Mencia Álvarez
Fue acusada de judaísmo, natural de Zamora,
morada en Braganza, hija de Dinis Álvarez e Isabel de Castro, casada con Luís
Estevens, entró en prisión el 28 de junio del año 1545. Fue absuelta ante el
perdón del Papa lanzado a favor de los cristianos nuevos. Fue suelta después de
abjurar.
Bernarda Núñez
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo, de 35
años de edad, natural de Perdigón (Zamora), tiene su morada en Valle de la
Mula, villa de Almeida, obispado de Guarda, hija de Manuel Núñez, cristiano
nuevo y Beatriz Fernández, cristiana nueva, casada con Bernardo del Castillo,
zapatero y chocolatero. Entró en prisión el 12 de marzo del año 1742, fue
sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa el 4 de noviembre del año
1742. Se le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito
penitencial perpetuo, penitencias espirituales.
Francisco Méndez
Cristiano nuevo, de 35 años de edad, fue
acusado de judaísmo, natural de Zamora, de oficio tratante, morada Castanheira,
hijo de Gregorio Méndez, tratante y de Josefa de Santiago, casado con Josefa María, cristiana nueva. Entró en
prisión el 26 de marzo del año 1703, siendo sentenciado en el auto de fe que se
celebró en la ciudad de Lisboa, el día 9 de septiembre de 1703. Se le
confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito penitencial perpetuo y
sin remisión, penitencias espirituales.
María de Paz
Cristiana nueva, de 30 años de edad, fue
acusada de judaísmo, natural de Zamora, tiene su morada en Lisboa, hija de de
Diego Ramos, tratante, y Joana de Paz, cristiana nueva, viuda de Pedro
Enriquez, mercader. Entró en prisión el 28 de abril del año 1682, fue
sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa el día 8 de agosto del
año 1683. S e le confiscaron sus bienes, abjuró en forma, cárcel y hábito
penitencial perpetuo, fuese instruida en la fe católica, penitencias
espirituales.
Juana de Paz
Cristiana nueva, de 62 años de edad, fue
acusada de judaísmo, natural de Zamora, morada Lisboa, hija de Francisco Gómez,
cristiano nuevo, curtidor, y de María López, cristiana nueva, casada con Diego
Ramos, curtidor. Entró en prisión el 25 d abril del año 1682, siendo
sentenciada en el auto de fe que se celebró en Lisboa, el 10 de mayo del año
1682. Se le confiscaron sus bienes, abjuración en
forma, cárcel y hábito penitencial al arbitrio de los inquisidores, penitencias
espirituales.
BENAVENTE
Antonio Ramírez
Cristiano nuevo, de 50 años de edad, fue
acusado de judaísmo, de oficio zapatero, natural de Benavente, morada Braganza,
hijo de Francisco Ramírez, cristiano nuevo y María Núñez, cristiana nueva,
casado con Isabel Sánchez. Entró en prisión el día 13 de marzo del año 1714,
fue sentenciado el 18 de enero del año 1716, a salir en auto público de fe que se
celebró en éste día indicado, abjuró en forma, se le confiscaron sus bienes,
fuese instruido en la fe católica, penitencias espirituales y el pago de las
costas.
Juan González Manzila
Medio cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo,
natural de Noz, (condado de Benavente), tiene su morada en Chaves, hijo de
Pedro González, sin oficio, su madre es Catalina Rodríguez, casado con María de
Salcedo. Entró en prisión el día 15 de abril del año 1679, fue sentenciado en
el auto de fe que se celebró el día 18 de enero de 1682. El reo fue suelto de
las cárceles con sumo secreto, el 21 de enero de 1682, saliendo definitivamente
el 5 de febrero de 1682.
Dominga de Oliveira
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Redelga, (Benavente), morada S. Pedro de Silva, Algoso, obispado de
Miranda, hija de Baltasar de Oliveira, zapatero, madre María López, casada con
Francisco Cardoso, labrador y tendero. Entró en prisión el 19 de noviembre de
1695, fue sentenciado el día 26 de noviembre de 1696. El reo fue suelto con
secreto el día 27 de noviembre de 1696. Salió de la cárcel del 17 de diciembre
de 1696.
Pedro García
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio zapatero, natural de Benavente, morada en Braganza, obispado de Miranda,
de 67 años de edad, hijo de Jorge Álvarez e Isabel García, viudo de Engracia
Rodríguez. Entró en prisión el día el día 10 de enero de 1661, su sentencia fue
conocida en el auto de fe que se celebró el día 24 de mayo de 1670. Fue mandado
a que eligiese el lugar donde quería ir a vivir, y se le impusieron
penitencias.
Bernardo López
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio tendero, natural de Lixa, Benavente, tiene su morada en Braganza, hijo
de Diego López, de oficio barbero y de Felipa Rodríguez, casado con Catalina
Enriquez. Entró en Prisión el 25 de agosto del año 1712, fue sentenciado en el
auto de fe que se celebró en Coimbra en el día 6 de agosto de 1713. El reo fue
suelto con secreto el día 7 de agosto del año 1713.
Ángela Rodríguez
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Granocillo, Benavente, tiene su morada en Argozelo, Outeiro,
obispado de Miranda, hija de Gabriel Rodríguez, labrador, e Isabel Méndez,
viuda de Manuel García, labrador y zapatero. Entró en prisión el día 10 de
noviembre del año 1701, fue sentenciada en auto de fe de fecha ?-?-1701, fue
suelta con secreto de las cárceles inquisitoriales de Coimbra el día 23 de
diciembre del año 1701, saliendo definitivamente al día siguiente con
penitencias espirituales.
Diego Ramos
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio zapatero, natural de Benavente, (Zamora), residente en Lisboa, hijo de
Antonio Ramos, zapatero y de Ana Fernández, cristiano nuevo, soltero. Entró en
prisión el 26 de abril del año 1682, fue sentenciada con excomunión mayor el 8 de
agosto del año 1683, se le confiscaron sus bienes, fue quemado vivo. Relajado a
la justicia secular.
PUEBLA
DE SANABRIA
Baltasar Gómez Núñez
Cristiano nuevo, de 61 año de edad, fue acusado
de judaísmo, de oficio rendeiro (arrendador), natural de Puebla de Sanabria,
morada Braganza, hijo de Antonio Gómez, cristiano nuevo, hombre de negocio, es
hijo de Felipa Núñez de León, cristiana nueva, de estado soltero. Entró en prisión el día 17 de abril del año
1747, fue condenado a cárcel al arbitrio de los inquisidores, sea instruido en
la fe católica, penitencias espirituales y pagar las costas.
El proceso no tiene fecha sobre la sentencia.
Ana Rodríguez
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Puebla de Sanabria, morada en Braganza, hija de Baltasar Gómez y
Florencia Rodríguez, de estado viuda de Antonio de Acosta, mercader. Fue
denunciada ante la Inquisición de Coimbra el día 10 de enero del año 1705. El
proceso no se pudo desarrollar porque la reo estaba huida en España.
Francisco de Acosta
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio torcedor de sedas, natural de Puebla de Sanabria, tiene su morada en
Braganza, hijo de Gabriel Rodríguez y de Inés de Acosta, viudo de María Núñez. Fue
denunciado el 24 de octubre del año 1664, fue sentenciado el día 13 de febrero
del año 1667 en auto de fe donde fue reconciliado, fue suelto con secreto
saliendo de la cárcel el día 25 de febrero del año 1667.
Manuel Gómez Ferreira
Cristiano Nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio tejedor de seda, natural de Puebla de Sanabria, Morada Braganza, hijo de
Antonio Gómez, estanquero y su madre es Britis Fernández, soltero. Entró en
prisiones inquisitoriales el día 28 de marzo 1727, fue sentenciado el 25 de
mayo de 1727 en el auto de fe que se celebró en esta última fecha. Fue suelto
en términos de secreto inquisitorial.
Francisco Gómez
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio tratante, natural de Puebla de Sanabria, tiene su morada en Braganza,
hijo de Antonio Gómez, estanquero y Britis Fernández, soltero. Entró en prisión el 11 de febrero del año
1727, siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró el 9 de mayo de 1728.
Fue suelto en términos de secreto inquisitorial.
Juana María
Cristiana nueva, fue acusada de judaísmo,
natural de Puebla de Sanabria, morada Braganza, hijo de Antonio Gómez,
estanquero y Britis Fernández, de estado soltera.
Entró en prisión el 11 de febrero de 1727,
siendo sentenciada el 25 de mayo del año 1727. Fue suelta por el tribunal de
Coimbra bajo secreto inquisitorial.
José Gómez Ferreira
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
profesión tejedor, natural de Puebla de Sanabria, morada en Braganza, de 22
años de edad, hijo de Antonio Gómez y Beatriz Fernández, soltero. Entró en
prisión el 25 de octubre del año 1718, siendo sentenciado en auto de fe que se
celebró en Coimbra el 9 de septiembre del año 1720. Fue suelto en términos de
secreto Inquisitorial.
FERMOSELLE
Ana Pereira
Cristiana nueva, natural de Fermoselle, fue
acusada de judaísmo, tiene su morada en Braganza, hija de Francisco Navarro,
zapatero y Ana Pereira, viuda de Luís Cardoso, mercader. Entró en prisión el 2
de noviembre del año 1593, siendo sentenciada en el auto de fe que se celebró
el 8 de octubre del año 1595. Fue condenada a cárcel con hábito penitencial, y
finalmente se optó por que saliese en términos de secreto inquisitorial.
Miguel Fernández
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
profesión zapatero, natural de Fermoselle, tiene su morada en el Vale do Torno,
arzobispado de Braga, de 25 años de edad, es hijo de Francisco Fernández y
Elena Fernández, casado con Margarita López.
Entró en Prisión el 22 de julio del año 1570,
siendo sentenciado en el auto de fe que se celebró en Coimbra el día 28 de
octubre del año 1571. El reo fue mandado soltar de las cárceles de la
Inquisición para comenzar a cumplir la penitencia en Coimbra y arrabales el 3
de noviembre del año 1571. Con fecha 8 de mayo del año 1572, le fue levantada
la cárcel y quitado el hábito penitencial para conmutarlo por penitencias
espirituales.
Alfonso García
Zapatero, fue acusado de judaísmo, natural de
Fermoselle, tiene su morada en Mogadouro, hijo de Jerónimo García y Francisca
Rodríguez, casado con Ana Fernández.
Fue condenado por la Inquisición de Evora,
entrando en prisión el 9 de mayo del año 1545, fue puesto en libertad el 10 de
junio del año 1548 por presentar fianza. Su mujer también fue presa por el
mismo crimen.
Melchor Bas
Cristiano nuevo, mercader de oficio, fue
acusado de judaísmo, natural de Fermoselle, morada en Miranda, hijo de
Gutiérrez Bas y Francisca de Carvajal, casado con Beatriz Díaz. Entró en prisión el 30 de enero del año 1546:
Debido al perdón general fue suelto de las cárceles inquisitoriales, el 21 de
junio del año 1548.
Antonio López
Cristiano nuevo, fue acusado de judaísmo, de
oficio labrador, natural de Fermoselle, morada Sendim, Miranda do Douro,
obispado de Miranda, de 69 años de edad, hijo de Andrés Goncalvez, vinatero y
Ana López, casado con María Cardoso (2º
casamiento), entró en prisión el 6 del agosto de 1669, fue sentenciado el 4 de
diciembre del año 1688, el reo fue casado por primera vez con Violante
Rodríguez, se presentó con 60 años a declarar de si mismo en descargo de su
conciencia. Se presentó por segunda vez el 9 de agosto del año 1669, fue
escuchado y ese mismo día se le dio licencia para poderse ir, Más tarde falleció en Sendim (auto de
fallecimiento, 28 de enero del año 1678).[2]
Francisco
Cardoso
Cristiano nuevo, de 66 años de edad, fue
acusado de judaísmo, zapatero de oficio, natural de Sedim, obispado de Miranda,
padre Alfonso de Fermoselle, cristiano nuevo, zapatero y María Cardosa,
cristiana nueva, casado con Leonor de Moncao, cristiana nueva. Entró en prisión
el 3 de diciembre del año 1618, fue sentenciado a salir en auto de fe el 29 de
marzo del año 1620, fue condenado con excomunión mayor, confiscación de bienes,
cárcel y hábito penitencial perpetuo y sea instruido en la fe católica.[3]
María de
Paiva
Un cuarto de
cristiano nueva, fue acusada de judaísmo, natural de Fermoselle, teniendo su
morada en Montemor-o-Velho, Obispado de Coimbra.
Espero que
esta realidad histórica sirva para desenmascarar a los verdaderos herejes de la
historia, que desde mi punto de vista no son los condenados, sino aquellos que
en nombre del Dios de los cristianos, desobedecían de primera mano lo más
sagrado dentro del cristianismo y judaísmo, Los Mandamientos de la ley de Dios.
Saquen sus propias conclusiones.
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