MIS LIBROS

  • Depuración de Maestros Nacionales en la Comarca de Olivenza
  • El Chitón de los Zapata (Teatro)
  • Esperanza y Libertad las Hijas de la Rapada
  • Extremadura Tierra de Brujas
  • La Judía de Alcalá de Henares
  • Los Herejes de Badajoz
  • Los Herejes de D.Benito, Villanueva de la Serena y Medellin
  • Los Herejes de la Raya de Cáceres
  • Los Herejes de Mérida
  • Los Herejes del Guadiana Fronterizo
  • Los Milagros de la Virgen de la Luz de Moncarche
  • Los Moriscos de Hornachos Crucificados y Coronados de Espinas

domingo, 9 de abril de 2017

LOS HEREJES DE REINA


Hay páginas en la historia de los pueblos que están sin vislumbrar, páginas cargadas de tensiones en conflicto con la legalidad de la moral, y que las conciencias preferirían olvidar. La condición de tabú en que llegan a convertirse, hace que sin querer, atrapen al interesado en buscar informaciones de nuestro pasado. Algunos acontecimientos enganchan como una droga, y obligan a buscar hasta el fondo en los documentos escritos hace siglos convertidos en historia.
Los relatos que duermen en los documentos, despiden un aroma a veces rancio, y a veces bello, de la vida de muchos habitantes de Extremadura a quienes les tocó vivir, en unas circunstancias diferentes de las nuestras. Es imprescindible conocer la estructura social, política y religiosa, de una época para poder analizar cualquier suceso que tuviera lugar en ella.
Nada más mencionar a la Inquisición se produce una extraña reacción en nuestro subconsciente que nos hace pensar en algo prohibido, nos suena a intolerancia, censura, al recuerdo de una época que mantuvo a los pueblos de Extremadura, sumidos en un ambiente de miedo y represión. Las villas manifestaban esta realidad de una forma clara y contundente, con el famoso refrán de “con el Rey y la Inquisición chitón” razón más que suficiente, para que en las calles de los pueblos extremeños la sumisión y el miedo, cabalgasen a sus anchas.
La Inquisición de Llerena fue un instrumento de control social, la cual contaba con los medios necesarios para extender su presencia por todas las villas de Extremadura.
El objetivo de éste artículo, es dar a conocer cuanto sucedió en Reina con algunas personas de la villa que fueron condenadas por dicho tribunal eclesiástico. Sus delitos fueron pensar de forma diferente, creer en otro Dios, o simplemente decir lo que pensaban. Todo ello les valió el calificativo de herejes, gente vaga, perdida, maleante, en definitiva, personas sin derechos, y sometidas a la justicia eclesial.
Los protagonistas de esta historia son hombres y mujeres que vivían en Reina, a quienes la Inquisición y el mismo pueblo, les colgó el “sambenito” de <<herejes>>, por ello fueron perseguidos por el Santo Oficio de la villa de Llerena. Los edictos públicos del Tribunal de Llerena se lanzaban desde los pulpitos de los templos,  instaban a la ciudadanía, a la denuncia de todo aquel que no comulgase con la Iglesia Católica. El fin de los denunciados, seria el <<Auto de Fe>>, la espectacularidad, el dramatismo, la violencia, el perdón, el poder, la religión, el arte, la diversión, harán del Auto algo sobrecogedor, demasiado importante, mostrando la Inquisición su poder y enseñando al resto de la población, cual es el camino a seguir para bien del cristianismo vigente. Lección, que el pueblo capta y corrobora, participando en el Auto no solo como espectador sino como pieza clave para el verdadero sentido de la causa.
Llerena, en el extremo sur de Extremadura es un símbolo. Nada más allí se vieron los procesos de los hombres y mujeres de Reina, así como los de otras personas  extremeñas, porque en esta villa estaban sede y las cárceles secretas del Santo Oficio de la provincia de León.


LOS PENITENCIADOS



HERNÁN SÁNCHEZ. Trabajador vecino de Reina de 30 años de edad, fue testificado por dos testigos varones contestes, de haber dicho que también servían a Dios los casados como, los clérigos, se acusó de lo mismo, fue llamado y hecha su causa con él perseveró siempre en su confesión, dando muestras de mucho arrepentimiento pidiendo misericordia con lágrimas. Se le puso la acusación, los testigos se ratificaron y se le volvió a dar en publicación, se ratificó y lo que tenía dicho y concluyo definitivamente, por ser cristiano viejo, hombre rustico y de poco saber, se votó en consulta en conformidad, a que en la sala de la audiencia abjurase de levi, fuese reprendido y pagase tres mil maravedíes para gastos extraordinarios de este Santo Oficio.[1]

ISABEL HERNANDEZ. Mujer de Pedro González vecino y corregidor de la villa de Reina de 30 años de edad, fue testificada por dos testigos de que diciéndole que un hombre estaba amancebado y así en pecado mortal. Ella respondió, que aquello no era pecado mortal, sino venial, por estos hechos fue condenada a que oyese una misa particular en forma de penitente en la iglesia de San Francisco de esta villa, abjure de leví, fuese reprendida públicamente, y pague para gastos del santo oficio mil maravedíes.[2]

MARÍA González. Fue testificada por tres testigos, de que abría dos años qué una mujer que ya es difunta, le había enseñado una oración que la había de decir acostado en la cama sin santiguarse, para que viniese a ella el hombre que quisiese. La cual había hecho dos veces diciendo: en esta cama me acuesto a dormir y holgar, y mi cuerpo descansa y  fulano mala noche llevara. “Allá le envío una cama, el colchón sea de hormigas, el cobertor de ortigas, por almohada lagartos pintos, y a la cabeza cien silvas, de ellas preñadas y de ellas paridas tales ansias y vascas les de por mí, como tenían las silvas cuando querían parir”. Y que también le enseñó otra mujer difunta, que para que un hombre quisiese bien a una mujer se habían de cortar las uñas de los pies, de las manos y cabellos de la cabeza, quemarlos y dárselo a beber en vino, y sacase dos o tres gotas de sangre de un dedo y echarlas en el vino. Por estas testificaciones fue condenada a salir en auto público de fe en forma de penitente, con sambenito, coroza e insignia de hechicera, abjurase de vehementi, se le diesen 200 azotes, y desterrada de la villa de Llerena y  Reina [3]por dos años.

Aunque hay estudios generales sobre la Inquisición, no se ha publicado ninguno específico sobre su incidencia en los habitantes de la villa de Reina, espero que este pequeño artículo contribuya a un mejor conocimiento de una realidad histórica que hasta hace bien poco se nos ocultaba. Los sambenitos de estos reos, se colgaban en la Iglesia de Reina para perpetuar la infamia de éstos y la de toda su familia, por todo lo cual, las familias de los penitenciados se condenaban de por vida a no poder trabajar en trabajos públicos, vestir de color carmesí, no podían llevar oro ni plata, ni viajar a India, ni montar a caballo, todo por haber tenido un hereje en su casa. Y es que la misión del sambenito era la de difamar, humillar, despreciar desde las paredes de la Iglesia de Reina donde estaban colgados, a todas las generaciones del reo. De hay la famosa frase que a veces repetimos de “te colgaron el sambenito”. Espero que esta realidad histórica, sirva para desenmascarar a los verdaderos herejes de la historia.





[1] A. H. N. Sección Inquisición de Llerena. Legajo 1987, expediente 15. Relación de las causas despachadas en la Inquisición de la provincia de León desde el 20 de mayo del año pasado de 1589, hasta el 20 de mayo de 1590.
[2] A. H. N. Sección Inquisición. Legajo 1988, expediente 10. Relación de las causas despachadas por la Inquisición de Llerena después que se celebró el auto de fe celebrado el domingo 18 de noviembre del año pasado 1576.
[3] A. H. N. Sección Inquisición de Llerena. Legajo 1987. Relación de causas despachadas en el auto de fe celebrado en la villa de Llerena el año 1636.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.